sábado, 27 de marzo de 2021

LOS GUIONEROS Y ALUMBRADORES DE IMBANA


 Tradiciones de Semana Santa en Zamora Chinchipe:

Costumbre sui generis de esta parroquia que, durante los cinco días de la Semana Santa, ninguna familia del pueblo de Imbana prepara sus alimentos en casa, porque cada guionero tiene asignado un día para compartir comida a toda la población sin distinción alguna.  

Desde las 12h00 de cada día, llega la gente a la casa del guionero para en una mesa grande compartir el almuerzo que muy generosamente le brindan.

RELATO   


Imbana es un pequeño pueblo con un gran porcentaje de habitantes pertenecientes al grupo étnico de los saraguros.   Geográfica y administrativamente pertenece a la provincia de Zamora Chinchipe; pero, su corazón, sus costumbres y tradiciones son auténticamente lojanas (parroquia San Lucas).   Se encuentra a doce kilómetros de distancia desde la parroquia de Jimbilla perteneciente al cantón Loja.   Según sus habitantes, fue creada en 1960.

Para llegar a esta parroquia se hace por una angosta carretera de verano, que solamente entran camionetas particulares.

Los guioneros

Los guioneros son personas que voluntariamente hacen su promesa de fe para servir a Dios y al prójimo, un día en la Semana Santa.  En total son 5 guioneros.   Para ello, con un año de anticipación se hacen anotar en la casa del Síndico, señalando el día que quieren pasar la promesa a Dios.

El ritual de los guioneros comienza el día Lunes Santo.   En el presente año (2002) le correspondió el lunes a don Fermín Chalán; el martes a don Virgilio Lozano; el miércoles a don Manuel Guayllas; el jueves a don Víctor Lozano y el viernes a don Luis León Vargas.

El Guión Santo

El Guión, es un pedacito de madera de un metro veinte centímetros de largo y unos seis centímetros de diámetro, el mismo que está cubierto por una tela negra, y que en su extremo superior está la representación de Jesús Sacramentado.   Éste es entregado cada noche en ceremonia especial en la iglesia junto al Altar Mayor por el síndico, al guionero que le corresponde.   Luego de rezar el santo rosario e invocar cánticos y oraciones, en multitudinaria procesión es acompañado desde la iglesia hasta la casa del guionero para velarlo toda noche.

Al guionero le bañan a las cinco de la mañana con agua caliente aromada de congona y otras plantas; esto según dicen los sahumadores, es para purificarlos y tengan derecho a tomar en sus manos el Santo Guión.

Siete platos de comida


Durante la Semana Santa, ninguna familia del pueblo prepara alimentos en su casa, porque cada guionero tiene un día para brindar.  

Diariamente preparan siete platos diferentes que son repartidos a la hora del almuerzo.   Las comidas que preparan son: fenezca, fréjol con guineo, fideo con papas, zambo con choclo y poroto tierno, arroz con pescado, zapallo con leche y miel con quesillo y pan.

Don Luis León Vargas, designado “Guionero del Viernes Santo”, dijo que para este día había comprado: un quintal de arroz y uno de papas, dos arrobas de fideo, cincuenta pescados, dos chimbuzos de miel, diez libras de quesillo, quinientos panes y todos los granos y productos que se dan en la zona (fréjol, zapallos, zambos, achogchas, guineos, lechugas, entre otros) para darles de almorzar, a por lo menos unas 300 personas.

Los alumbradores

Al igual que los guioneros se hacen anotar en la casa del síndico, y entre las funciones de ellos es el sacrificio que le dedican el día Jueves Santo, velando en la iglesia toda la noche al Santísimo Sacramento.   Para cumplir con esta penitencia son bañados en aguas aromáticas en la mañana del jueves y a partir de las 18h00 junto con su esposa y los “sahumadores” están sentados cada uno en una silla frente al Altar Mayor sin poder desde ese momento dormirse un solo instante hasta que sean las 06h00 del siguiente día.   Llevan consigo 30 velas por ellos mismos confeccionadas que tienen una dimensión aproximada de un metro de largo.   Dicen que con esta cantidad de velas les alcanza para alumbrar a la iglesia toda la noche.

Los sahumadores

Los sahumadores son niños generalmente de la misma familia, que, ya sea en la iglesia o en donde está velándose el Santo Guión, en unos braseros especiales compuestos con flores y otros adornos, no descansan toda la noche de poner carbón e incienso en los sahumerios para aromar el ambiente.

 

Tomado del libro de leyendas y tradiciones: HUELLAS, página 99 / mayo 2006.

Autor del libro: Eduardo Pucha Sivisaca.

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