viernes, 30 de mayo de 2025

 

HERNÁN VISUETE TROYA, CUENTA DE SU VIAJE A ZUMBA EN 1974

Leyendas y tradiciones andinas / Loja – Ecuador


Odisea de viaje de un maestro

Recién graduado en el normal de Guaytacama en 1974, recibí el nombramiento de profesor titular para la escuela “Reino de Quito” de la parroquia Chito, en el cantón Chinchipe, provincia de Zamora, dice: Hernán Visuete Troya, hoy maestro jubilado residente en la ciudad de Zumba.

Recordar el viaje desde Loja a Zumba hace décadas, es una odisea, un sueño…

Había dos formas de llegar a este lugar: 1.- Embarcarse en las avionetas de los militares que hacían viajes esporádicos desde las pistas de Cumbaratza o Catamayo. 2.- O cabalgar en mula desde la población de Yangana en la provincia de Loja. En el primer caso se hacían 30 minutos; y, en el segundo tres días.

Cuando me presenté en Zamora Chinchipe, los profesores Vicente Elías Rivera, Director Provincial de Educación y Luis Amable Duque, Jefe de Supervisión, solamente me indicaron que tengo que viajar a Chito por Loja; llegar primero de la población de Yangana en un bus de la cooperativa “Sur Oriente” que demoraba siete horas, y que desde ese lugar tenía que conseguir una mula para viajar a Zumba.   ¡Nada más me dijeron!

Yo, con el deseo de trabajar, no imaginaba lo que me esperaba después…

Cuando llegué a Yangana, fui a comer en el único saloncito que había.  Su dueña, la señorita Edulia Mendoza, muy gentil y amable me ayudó.  Yo conozco a los dueños de las piaras de mulas que vienen desde Zumba, dijo.  Ya les hablo para que le den un mulita de silla. (Las piaras venían cargadas de café y de aquí se regresaban con víveres).

En verdad, en la tarde, por el angosto camino que entraba a la población vi algunas mulas que llegaban, entonces dijo, esa es la piara de Segundo Mejía, convenga el precio del alquiler con él.   Así lo hice. 

Entonces la señorita Eudulia, al siguiente día muy por la mañana me preparó el desayuno y dijo que vaya comiendo bien; además me puso un fiambre para que coma en el camino.  Luego me advirtió: de aquí, usted monte en la mula y ella le conduce.  Llegará primero a un pueblito que se llama Valladolid, ahí se queda a dormir, no hay adonde perderse.

Entonces, yo como traía más libros que ropa, amarré dos costales como alforja, puse una cobija encima, me subí en la mula e inicié el viaje.

Camina y camina, no llegaba a Valladolid. Cuando le encontraba a alguien, preguntaba: ¿por aquí se va a Zumba?, entonces todos decían, sí.  Siga no más.

Oiga, llego a una planada y veo que los aperos de la mula se habían corrido hasta las orejas del animal, yo sin ninguna experiencia, bajo la carga y la silla para arreglar.  Hago esto y la mula se me va en precipitada carrera.   Con la desesperación que se va el animal, la sigo.   Corre y corre, tras de ella.  Mis cosas se quedaron en el camino, la mula corría, se paraba un instante, me regresaba a ver, cuando ya estaba cerca a cogerla, apretaba nuevamente la carrera. ¡Dios mío!, no sé cómo, entro en un atajo, y por suerte en lo que la mula está queriendo pasar, se espanta en mí y a lo que regresa, logro coger la soga.  La amarré, cargué mis cosas, luego en la soledad de la selva y el claro azul del cielo, me senté a llorar.

De aquí me regreso, dije. ¡No he cometido ningún crimen para que me pase esto! Era, apenas el primer día de viaje.

 No me regresé, porque ya no tenía dinero y para llegar a mi tierra (Guaytacama – Latacunga) estaba muy lejos.  Así que, me resigné a continuar.

Llegué a Valladolid, casi en la noche. ¡Oh sorpresa!, desde el corredor de una casa escuché que gritaron: eeeh, compañerito…  ¿Usted es el profesor Vizuete?  ¡Sí!, respondí.    Va, me dije, cómo me conocen, ¡No puede ser!, ¿estoy soñando?

Lo que pasa, es que informados a través de los chasquis escolares ya sabían que llegaba, por lo que me habían estado esperando.

¡Qué solidaridad, qué hermandad de maestros!  De inmediato me llevaron a merendar, me arreglaron una cama en la casa de señora Lolita, no me acuerdo el apellido, pero parece que era Lolita Luna, después a un trago.   Pasamos lindo entre compañeros, todos habían sido de diferentes lugares: uno de Imbabura, otro e Quito y yo de Latacunga, ya picaditos acompañados de una guitarra cantábamos cada cual a su tierra y, hasta llorábamos también de emoción y nostalgia: el de Imbabura comenzaba: “Imbabura de mi vida / tierra donde yo nací…”; el de Quito cantaba: “Yo soy el chullita quiteño, la vida me paso encantado…” en tanto que yo, remataba: “Tierra, latacungueña / en ti se admira el paisaje andino…”

Antes de las diez de la noche, dijeron, compañero, a dormir, mañana tienes que viajar.

Al siguiente día muy por la mañana golpearon la puerta y dijeron, levántate, ya es hora.

 Hicieron preparar el desayuno y el fiambre.   Me despidieron diciéndome: de aquí te vas hasta Paranumá. 

Salí a las siete de la mañana, a las once y media me acerqué a un pueblito que había sido Palanda. Los niños salían de la escuela al almuerzo porque en ese tiempo se trabajaba en dos jornadas.   Al cruzar el pueblo, escucho un grito que dice: “¡hola, mashcapupo!”, “mashcapupo” nos decían a los de Latacunga.  Miro que se acerca un señor y me dice: tú eres de Latacunga, ¡verdad!, yo también soy de allá, soy el profesor Ernesto Álvarez.   Bájate de la mula paisano, te invito a almorzar, luego nos tomamos unas dos cervecitas y dijo: continúa tu camino y te quedas en Paranumá.  Así fue, llegué a Paranumá.  Había una sola casa que ha sido “tambo” de los militares.  Ahí me quedé.   Le rogué al señor del tambo que me dé posada; él, en tono déspota, dijo: bueno, amarre la mula por ahí, que no se le vaya.

Yo con el cansancio y un hambre devorador, le ruego: señor, me puede preparar algo de comer, ¡no!, respondió; aquí no hay nada.   El señor ya era de algunos años de edad.  Cualquiera cosita, le insisto.  Voy a ver si le hago una sopa de fideo, -dijo-, espere.

Mientras esperaba, en el corredor del “tambo” se me acercó con una biblia en sus manos y me comenzó a leer.  ¡Había sido evangelista!  A un inicio le escuchaba, pero como el cansancio era más, me había dormido.  En eso, me dijo, levántese a comer.  ¡El hambre era tal, que se me hizo riquísima la sopa de fideo!   Luego, fui a dormir y desperté preocupado a la mañana del siguiente día, para continuar el viaje.  En esta ocasión, no hubo desayuno.

Pasé la quebrada de Paranumá, durante dos horas ascendí una cuesta, llegué a un caserío llamado Negro Muerto.  Aquí rogué al que encontré primero que me prepare comida. Me dijo que solamente tenía carne, entonces le dije que está bien.

Cuando me sirvieron, Dios les pague dije, porque era un plato grande con bastante carne, papas chinas y arrocito.  ¡No recuerdo si me cobraron o no! Continué el viaje, ¡oh sorpresa!, más allá, a lado del camino encuentro a una mula muerta ya cercenada una pierna. ¡Me habían dado carne de mula!, (ríe a carcajadas), ¡pero estuvo rica!

Ya en el tercer día, ¿llegaré a Zumba?  ¡nada!  Cuando me encontraba alguien y preguntaba, me decía: siga no más, “a la vueltita está”.  Caminaba y caminaba, pasaba la vueltita y no llegaba.

En eso, llegué al Colorado y desde ahí veo un pueblito, ¡ese había sido Zumba!  La mula comenzó a galopar, por lo que tuve que cogerme de la silla.  Ella ya conocía la casa, por lo que directamente llegó donde don Segundo Mejía, el dueño de la piara.

Un muchacho gritó: Don Segundo, ya llegó la mula.   Mientras yo me bajaba, descargaba mis enseres, no demoraron en llegar: Romel Herrera, Julio Núñez, y Hugo Tapia, profesores del lugar, para luego guiarme a la oficina de la supervisión. En la noche celebramos con comida y trago. Fue un mes de marzo, fecha que nunca olvido.

Aquí cambiaron las cosas, aunque el tramo de viaje que me esperaba, era de un día más.

En la tarde del cuarto día llegué a Chito y aquí me encontré con Servio Santorum, Arnoldo Cueva, Irene Troya, Miguel Romero, Libia Aranda, profesores de la escuela “Reino de Quito”, y la señorita Carmen Valarezo, enfermera de Chito, con quien posteriormente me casé (sonríe).

Hernán Visuete Troya, en la ciudad de Zumba, el día 9 de octubre de 2021, termina esta conversación diciendo: en 1974, para llegar a la parroquia Chito desde Loja, hice 5 días. 

Loja – Yangana, un día; Yangana – Valladolid, un día; Valladolid – Paranumá, un día; Paranumá – Zumba, un día; y de Zumba - Chito, un día.

¡Qué le parece!

 

Eduardo Pucha S.

miércoles, 21 de mayo de 2025

LA BANDA JUVENIL "SAN JOSÉ"

El talento musical en la juventud de Chuquiribamba.

Loja es considerada como la capital musical del Ecuador, en tanto que la parroquia Chuquiribamba perteneciente al cantón Loja es conocida como el semillero de músicos.

La afición por este bello arte en la juventud viene por ancestro y tradición. Aquí, en este pequeño pueblo conocido como “Patrimonio Cultural del Ecuador”, los músicos emergen espontáneos, unos con preparación académica en los conservatorios del país y otros por vocación propia entonando notas musicales transferidas por sus padres.  Es una cadena hereditaria de transmisión musical de padres a hijos.

Prueba de ello es que, en este pueblo, las nuevas y actuales generaciones hacen gala de sus habilidades artísticas formando grupos musicales y “bandas populares de pueblo” con las que deleitan a propios y extraños especialmente en las fiestas.


Confirma, José Luis Caraguay Guachanamá, estudiante del colegio “San Vicente Ferrer” de Chuquiribamba, adolescente de quince años de edad, quien manifiesta haber organizado la Banda Juvenil “San José” de la cual es su Director.

Esta nobel banda está conformada con jóvenes desde los 11 años de edad hasta los 22 incluyendo una señorita.  Se constituyó en el mes de enero de 2024, es decir poco más de un año.

Al preguntarle, ¿quién le enseñó a tocar?, él dice: yo toco la trompeta desde los 7 años de edad, mi abuelito Ángel Benito Guachanamá fue quien me enseñó, porque él también es músico.

La Banda Juvenil “San José” está compuesta por 10 integrantes,  jóvenes que son, algunos estudiantes del Conservatorio “Salvador Bustamante Celi” de la ciudad de Loja y otros estudiantes de la “Escuela de Música de Chuquiribamba”  creada hace tres años en convenio con el I. Municipio de Loja y el GAD parroquial de Chuquiribamba

Han sido invitados a diferentes barrios de la parroquia y otros lugares, están dando sus primeros pasos.

A través de la Escuela de Música en Chuquiribamba, sus pobladores quieren conservar y no perder el semillero de músicos, patrimonio intangible nuestro, dicen. Al contrario, lo vamos a fortalecer.

 

NOTA.-

José Luis Caraguay Guachanamá, a sus 15 años de edad, es el Director de la Banda Juvenil “San José y aspira algún día ser integrante de una orquesta.

Sus padres son: don Wilfrido Caraguay Marquez, y la señora Rosa Isabel Guachanamá Pinta.

En la Banda integra la señorita Patricia Medina, destacada saxofonista del lugar y un niño de 11 años de edad.

A los integrantes de la Banda, los encontramos tocando en el barrio Pordel, perteneciente a la parroquia Chuquiribamba, en la fiesta que en honor a la Santa Cruz se celebran cada año.

Loja, 16 de mayo de 2025

CÉSAR GUAYA OROZCO, ÍCONO DE LOS MÚSICOS CHUQUIRIBAMBENCES

BIOGRAFÍA


 
Cesar Monfilio Guaya Orosco nació en Chuquiribamba, cantón Loja, provincia de Loja, el 4 de febrero de 1932.  Sus padres fueron don Esteban Guaya y doña Mercedes Orozco.

Desde que tuvo uso de razón, sintió en sus entrañas la inclinación a una de las artes más bellas del mundo que es la música. A la edad de 14 años comenzó a aprender las primeras notas musicales con el maestro Emilio Jaramillo Escudero, luego fue a la ciudad de Loja para estudiar el piano con el profesor Miguel Cano Madrid.

En 1949, ingresa al Conservatorio Nacional de Música de la ciudad de Loja, donde termina todas las materias teóricas y aprueba el 4to año de piano, 3ro de violín y 2do de saxofón, siendo sus profesores: Antonio Hidalgo, Daniel Armijos Carrasco, María Piedad Castillo Celi, Francisco Salgado, Juan Pablo Muñoz Sáenz, Jorge Ortega y Alberto Ortega.

En 1955, el Municipio de Zaruma (prov. de El Oro) le solicita y nombra como profesor de Educación Musical de la escuela “Guillermo Maldonado” y un Jardín de Infantes de ese lugar.  Mientras permaneció en ese cantón, compuso algunas canciones musicales.

La casa disquera FENIX escogió dos temas para grabar y fueron: El pasacalle “Chuquiribamba” y el vals “Sin madre”, cuya letra y música le pertenece.  La grabación se efectuó con el conjunto del profesor José Antonio Jara, más conocido como el Chazo Jara.

En 1959 regresa a Loja, cuidad de su infancia y trabajó en la escuela “Alonso de Mercadillo” como profesor de educación Musical, al mismo tiempo el Municipio de Loja lo nombra Director de las Bandas de músicos de las parroquias: Vilcabamba, San Pedro de Vilcabamba, teniendo que laborar dos meses en cada parroquia. 

Como acordeonista integró algunos conjuntos musicales de Loja.

En 1961, el colegio “Nueve de Octubre” de Machala (Prov. de El Oro) lo nombra profesor de Educación Musical, en donde trabaja dos años y dos años en el magisterio primario. Durante los cuatro años de su permanencia en la ciudad de Machala, compuso himnos, canciones y rondas escolares.  Además, conformó un conjunto de voces y cuerdas y luego un conjunto orquestal.

En 1964, la Dirección de Educación de la provincia del Guayas le concede el nombramiento de profesor de Educación Musical en las escuelas fiscales de la ciudad de Guayaquil.  Paralelamente se integra como pianista de la “Sonora musical” de Víctor Freire, al mismo tiempo aprovecha para reanudar sus estudios musicales en el Conservatorio de Música “Antonio Neumane” de la ciudad de Guayaquil, terminando y cumpliendo con los requisitos legales adquiere el título de profesor de música y canto, el 18 de octubre de 1967.

Su afán de superación siguió adelante hasta lograr terminar y egresar en la carrera de: armonía, dictado, análisis fraseológico, instrumentación y composición.

Durante el tiempo como profesor de Educación Musical asistió a cursos de formación, capacitación, perfeccionamiento y profesionalización musical, auspiciado por el Ministerio de Educación Pública, por lo menos en treinta ocasiones entre las ciudades de Quito y Guayaquil.

El  19 de julio de 1973, El Centro Social Loja y el programa radial “La voz de Loja” de Guayaquil en reconocimiento a su labor artística como Director del  programa radial y como cultor de la música  nacional en internacional, especialmente de la música lojana y en acto de justicia a su sacrificada actividad como docente del Magisterio Nacional, lo declara el “Mejor maestro” residente en Guayaquil, entregándole un pergamino en la sesión solemne que la institución preparó, con motivo de su cuadragésimo noveno aniversario de fundación.

En 1976, el Ilustre Municipio de Guayaquil lo nombró director de la Banda de Música de la Policía Metropolitana Municipal.  Por no haber incompatibilidad en el horario de su trabajo, laboró simultáneamente en el fisco y en el municipio.

Con la Banda de Música bajo su dirección intervino en algunos conciertos de música clásica dedicados al Sr. Alcalde, y concursos de música latinoamericana, música tropical y nacional, por celebrarse el aniversario de fundación de Guayaquil y luego en las fiestas octubrinas.

En 1982, Mediante concurso de méritos y oposición, el Ministerio de Educación Pública le extiende el nombramiento de Supervisor de Educación Musical de la provincia del Guayas.

Como Supervisor dictó cursos de capacitación a los profesores del área por seis ocasiones. También formó la orquesta de cámara de la Dirección de estudios y el coro de profesores de educación musical, con quienes actuó en diferentes instituciones educacionales de la ciudad y provincia.

Con la mencionada orquesta y con auspicio del Ministerio de Educación se grabó un LP de himnos y música escolar,

Hace 13 años, el 3 de mayo de 2012 en la ciudad de Guayaquil, falleció César Monfilio Guaya Orosco, autor de la letra y música del pasacalle: “CHUQUIRIBAMBA”, en cuya letra describe a su pueblo junto a la belleza de sus colinas y la calidez de su gente; así como es el autor de la letra y música del himno a la parroquia Chantaco.

 

Escribió para la posteridad, más de cien composiciones musicales populares y muchos himnos, canciones y rondas escolares para las instituciones educativas de las provincias de: Loja, El Oro y Guayas.

 

Orgullosamente, Cesar Guaya Orosco es un artista chuquiribambense junto a: Emilio Jaramillo Escudero, Luis Cuenca Gutiérrez, Wilman Jaramillo Escudero, Fredy Pucha Huaca, José Aníbal Pucha y otros.

El pasacalle “CHUQUIRIBAMBA” fue grabado en 1955 con el conjunto del Chazo Jara.


PASACALLE A CHUQUIRIBAMBA

  Chuquiribamba es mi hermosa tierra

de los jardines siempre floridos

por eso todos de amor erguidos

te recordamos tierra querida.

 

De las colinas que te rodean

del alto cerro Santo Domingo

y el Santa Bárbara tan renombrado

forma tu adorno pueblito lindo.

 

Tienes mujeres embriagadoras

como el aroma de tus rosales

son el remedio de nuestros males

y en nuestra vida mayor consuelo.

 

Sus moradores, buenos y humildes

de corazones amplios y nobles

siempre contentos viven cantando

por nuestro pueblo Chuquiribamba.

 

NOTA.-

César Monfilio Guaya Orosco nació en el barrio Chantaco en ese entonces, hoy parroquia rural perteneciente al cantón Loja.

 


El 14 de agosto de 2007, en la ciudad de Guayaquil tuve el honor de encontrarme y conversar con el connotado artista Chuquiribambense Cesar Guaya Orosco.

Loja, 19 de mayo de 2025

jueves, 1 de mayo de 2025

Memorias del Colegio Técnico “Martha Bucaram de Roldós” del cantón Yanzatza, desde 1980 a 1988


 
Revisando archivos, encontré el folleto titulado: Memorias del colegio Técnico “MARTHA BUCARAM DE ROLDÓS”, documento que se escribió hace 37 años en las instalaciones de este centro educativo, en la ciudad de Yanzatza, provincia de Zamora Chinchipe, cuando nos desempeñábamos como docentes.

 El documento en mención fue publicado en mimeógrafo porque en ese entonces no había los adelantos tecnológicos del que hoy disponemos. 

 Aquí se cuenta parte de la historia del colegio desde 1980 hasta 1988.  Narramos la creación del establecimiento, sus protagonistas, su primera planta docente, administrativa y de servicio, sus logros; así como una microbiografía de la patrona del colegio y más.

 En su presentación decíamos en ese entonces: posiblemente para algunos resultará importante, aunque para otros sin trascendencia”

 Hoy que se cumple el octogésimo tercer aniversario del natalicio de la Ab. Martha Bucaram de Roldós, presentamos este documento dedicado a las autoridades, compañeros maestros, padres de familia y alumnos de ese entonces y actuales; recordando con nostalgia a algunos de ellos que ya se adelantaron… https://issuu.com/edupucha/docs/memorias_del_colegio_martha_bucaram_de_rold_s

lunes, 24 de febrero de 2025

Revista PA´LABRAR rinde homenaje al escritor ecuatoriano: “ELIÉCER CÁRDENAS


 
La revista Nro. 14 correspondiente al mes de febrero de 2025 del Taller de Literatura PA´LABRAR de la Casa de la Cultura Ecuatoriana – Núcleo de Loja, rinde homenaje al destacado escritor ecuatoriano Eliécer Cárdenas Espinosa, autor de la novela “Polvo y Ceniza”, obra literaria con la que en el año 1978 devela y populariza a un personaje muy conocido en nuestra provincia: el bandolero social, Naún Briones.

 La presentación de la revista se realizó el día de ayer jueves 13 de febrero de 2025, en el teatro de Artes Segundo Cueva Celi.


Me honro en haber sido su amigo y muy agradecido porque su pluma prologó entre otros, el libro de mi autoría: “NAÚN BRIONES, leyenda y tradición” Tomo 2 publicado en el 2020.

 Esto dijo el 15 de febrero de 2019:

 LA AZAROSA VIDA DE NAÚN BRIONES

 “El escritor lojano Eduardo Pucha S. es un infatigable buceador del pasado de su provincia tan rica en personajes y tradiciones. Particularmente, este autor se ha dedicado, de unos años a esta parte, a rastrear la memoria colectiva de Naún Briones, el célebre bandolero lojano “que robaba a los ricos para dar a los pobres”, según la leyenda popular, y que a pesar de los años y las décadas, se mantiene aún vigente en Loja, particularmente en el cordón fronterizo, donde todavía hay ancianos que lo recuerdan, y las personas renacientes refieren diversas historias, que escucharon a su vez a sus padres y abuelos sobre tan famoso personaje de la historia popular lojana, y por supuesto de la leyenda tejida en torno a Naún Briones.

 Eduardo Pucha no escatima esfuerzos para trasladarse a cualquier punto de la difícil geografía de
su provincia, incluso de otras jurisdicciones vecinas, para grabar cada historia que tenga como protagonista a Naún Briones o algún personaje de su entorno. De esta manera, en pocos años de labor ha conseguido acopiar una cantidad de relatos e historias referentes a la vida azarosa del bandolero lojano. Se trata de una contribución inestimable a la recuperación de la memoria histórica, es decir la que nace de la propia boca de quienes fueron testigos directos de aquellas anécdotas, o que las recibieron de sus antepasados, como una inestimable herencia.

 De esta manera, Eduardo Pucha S. es uno de los escritores que más ha contribuido a recuperar la tradición oral, en trance de desaparecer si de por medio no existen verdaderos “Quijotes”, que por sobre diversas dificultades, incluso incomprensiones, se dedican a esta labor sin otra recompensa que difundir el corpus narrativo recopilado.

 Estamos seguros de que el tomo segundo de Naún Briones, leyenda y tradición, será difundida y apreciada por todos quienes se interesan por la figura y las hazañas del “Robin Hood” ecuatoriano, que durante las últimas décadas ha consolidado su memoria, no solamente a nivel nacional sino que ha traspasado las fronteras patrias para unirse al conjunto de “Bandoleros Románticos”, o más precisamente “Bandoleros Sociales”, que en cada país latinoamericano, e incluso del mundo entero, surgieron como respuesta genuinamente popular a las injusticias y los abusos de los poderosos sobre los campesinos.

 Lógicamente, toda narración oral es objeto de discusiones, que ya ninguna memoria es igual a otra, y los testigos de un mismo hecho, por ejemplo, pueden diferir en diversos puntos. Esto es propio de la tradición oral y la manera cómo se construyen los mitos populares. En tal sentido el notable acopio testimonial de Eduardo Pucha, de hecho, puede diferir en muchos puntos de otra historia similar, y ello no debería ser motivo de polémica, sino más bien un registro de las variaciones que enriquecen la memoria oral, en este caso de Naún, el hijo de Cangonamá que vivió, sin duda, intensa y trágicamente”.

 Eliécer Cárdenas Espinoza

Cuenca, 15 de febrero de 2019

EL TITIRITERO "PIOLÍN"

se ganó el corazón de los niños quiteños

 




Muchos se preguntarán ¿Quién es el titiritero Piolín?

E


l titiritero Piolín es un artista lojano que hace 53 años salió de su tierra natal y se radicó en la ciudad de Quito. Actualmente lo encontramos en el parque La Carolina los días sábados y domingos entreteniendo con el teatro callejero, a los niños quiteños, a través del mundo mágico de los títeres con temas lúdicos y propuestas educativas.

Se llama, AGUSTO PUCHA PAUTA, quien, nació en el barrio Pordel de la parroquia Chuquiribamba en el cantón y provincia de Loja, el 18 de julio de 1961.

Sus padres fueron: Lauro Pucha Medina y Juana de Jesús Pauta Pauta.

Sus estudios primarios los realizó en la escuela “Antonio Jiménez de Monte”, de Pordel, su barrio natal; los secundarios en el colegio nocturno “Odilo Aguilar” anexo la Univerisidad Central de Quito; y los superiores en la “Universidad de Tolima” en la ciudad de Ibagué al norte de Colombia, muy cerca de Venezuela.

Es licenciado en Educación Estética, especialidad Teatro de Títeres.

Cuenta, que se quedó huérfano de padre a pocos meses de haber nacido y que a temprana edad emigra de su pueblo natal a la capital, y para costearse los estudios secundarios trabajó en lo que lo que pudo, para posteriormente terminar desempeñándose como ayudante en un estudio fotográfico.

Tuvo la oportunidad de cruzar la frontera a Colombia y llega a la ciudad de Ibagué, en donde trabaja en una fábrica de confección de camisas cuyo trabajo diario era el de etiquetar y embalar mercadería. Ahí pasó cuatro años y aprovechó su tiempo para estudiar en la Universidad de Tolima.

Una vez terminada su carrera en Ibagué, regresa al Ecuador y en la ciudad de Quito, en 1983 funda la “Compañía de Títeres Piolín” cuya actividad y presencia cultural con los títeres se populariza y la mantiene hasta la actualidad.

En la década de los años ochenta recorre la mayor parte de las provincias del Ecuador dictando talleres de capacitación a los maestros sobre la elaboración y manejo de títeres.

Dice Agusto Pucha, que el manipuleo de los títeres es una profesión, como cualquier otra.   Para ser titiritero se necesita solamente tres ingredientes: conocimiento, alegría y perseverancia.

Soy el hombre más feliz haciendo mi trabajo de titiritero, esa es mi pasión, el día que no estoy en el


escenario siento morirme. Este es mi mundo. Llevo cerca de 38 años de vida artística

Este trabajo me ha dado la oportunidad de conocer a destacados dramaturgos, como: Carlos Michelena, el Mosquito Mosquera, Jaime Bonelio, Fausto Caamaño, Bolívar Flores, Susana Vargas, Juanita Guarderas, Toti Rodríguez, Victor Hugo Males, entre otros.

Así mismo, a través de los intercambios culturales con otros países, he representado al Ecuador, en: Cuba, Colombia, Panamá, Costa Rica, Bolivia, Perú, Alemania y Francia.

Me siento muy orgulloso haber nacido en Chuquiribamba, y donde voy hablo de mi tierra porque la llevo en el corazón.


jueves, 28 de noviembre de 2024

C O P L A S: VAMOS AL FESTIVAL DEL PONCHO / 2024

En Chuquiribamba, pueblo mágico, Patrimonio Cultural del Estado.

Loja – Ecuador

 


Chuquiribamba, anfitrión

de tan singular evento

ya celebramos el cuatro

al que me alisto contento

 

Es el festival del poncho

y de la alforja también

muy hermosa indumentaria

que a todos nos queda bien.

 

Tiene sus propios colores

lacre claro y bien rayado

con cuello y flecos chorreados

vestimenta que he heredado

 

La lana de las ovejas

nos brindan materia prima

y los telares manuales

tejen esta prenda fina.

 

Sigamos con la costumbre

sin perder la tradición

tejiendo ponchos y alforjas

con orgullo y con pasión.

 

El poncho es identidad

de los Ambocas y Paltas

por eso en la actualidad

esta prenda no nos falta.

 

Feliz con mi alforja y poncho

que muy orgulloso luzco

cuando me voy a la fiesta

en mi ropero lo busco.

 

Esta alforjita me sirve

cuando voy a la ciudad

buscando mejores días

y también prosperidad

 

La relleno de ilusiones

y de mucha esperanza

una parte de mi vida

y otra más de mi añoranza.

 


   
Recorro el pueblo, el parque

terciado mi alforja al hombro

saludando a los paisanos

y al vecino de Aguarongo

 

Bolívar Loarte el primero

que lo saludo en la plaza

a más amigos también

y a don Wilber en su casa.

 

También estrecho la mano

con Galo Caraguay, al frente

Ramiro Remache en el GAD

a Marco Pauta y más gente.

 

Lo encuentro a Pato Riofrío

a Viche Pucha, mi primo

a Enrique Loarte mi profe

y también a Ubertino.

 

Y a toda mi paisanada

Romel, Pedro y Alonso

Héctor, Guillermo, Manuel

los Capellanes y Alfonso

 

Pregunto por los maestros

Wilman Loarte y Lucho Tene

de Milton Jumbo me dicen

que él ahora no viene.

 

Lucho Granda ya llegó

para al Festival locutar

también está Fredy Pucha

para su violín estrenar.

 

Wily Vanegas también

a llegado al Festival

con su saxo bajo el poncho

y también con el timbal.

 

No se olvidan de su tierra

de Macas, José Aguinsaca

desde Loja, Aníbal Pucha

y de Berlín, Jorge Saca

 

Se ha ido Antonio Remache

con su orquesta al Perú

a tocar en Ayabaca

y después irá a Manú.

 

Víctor Tambo y Raúl Buri

Bacilio y Abel Puchaicela

con el amigo Oliverio

se citan para una biela.

 

Lo recuerdo a Víctor Sinche,

a Ernesto Pauta y Gilberto

a Enrique, el Chileno

a Lucho Tambo y Alberto.

 

Adelantaron el viaje

Alfredo Pauta y Gamaliel

Víctor Loarte, Alfredo Pucha

cada uno, amigo fiel.

 

Tío Guillo y Walther Silva

como roble, están de pié

se adelantó Rigoberto,

y el Mayuyito se fue.

 

Si en esta corta reseña

faltan aún por nombrar

no es omisión voluntaria

háganme su nombre llegar.

 

Estos sencillos versitos

me salen del corazón

en el festival del poncho

admirado en mi región.

 

Y para finalizar,

olvidaba un detalle

“el poncho nadie nos pisa”

así decía Luis Valle.

 

edup / noviembre 2024

 

 

N O T A.-

 

El promotor del Festival del Poncho y la Alforja en Chuquiribamba es el Dr. Bolívar Loarte Caraguay, tomando como referencia al que lo realizan en el cantón Saraguro.

 

El Primer programa del Festival se realizó el 28 de noviembre de 2021.

 

AHORA, VAMOS POR EL CUARTO.