jueves, 22 de julio de 2021

SIN CARRETERA AÚN… LLEGÓ EL PRIMER CAMIÓN A CHUQUIRIBAMBA EN LA DÉCADA DEL CINCUENTA

 

Leyendas y tradiciones andinas / Loja – Ecuador



La parroquia Chuquiribamba, Patrimonio Cultural del Ecuador está ubicada al noroccidente de la ciudad de Loja, a una distancia de 45 Km.

Para llegar a este lugar puede hacerlo por la vía: Villonaco – Taquil – Chantaco - Chuquiribamba o la vía: Catamayo – Chantaco - Chuquiribamba.

RELATO:

Imposible, decían… pero lograron.

Manuel, paisano y compañero maestro que en su juventud trabajó en una escuelita de la frontera, decía: cuando a la gente de Celica, Pózul y Pindal les contaba esta hazaña de los Chuquiribambas, no creían; manifestaban que era imposible que llegue un carro donde no hay carretera.  Yo les afirmaba que sí, porque cuando niño, presencié este acontecimiento.   Vi que llegó el camión en partes desde Catamayo, la carrocería primero y luego el chasis del vehículo conducido por un señor de unos cincuenta años de edad que lo llamaban Carlitos.  Cuando llegó a Chuquiribamba lo estacionó frente al convento y la gente emocionada aplaudía y daba vivas, en tanto que la “banda de pueblo” integrada por: Miguel Isaías Sinche, Roberto Granda, Teófilo Granda, Víctor Granda, Apolinario Sinche, José María Pucha y otros, alegraban el ambiente dándole un matiz de fiesta.  Esto fue, en los primeros años de la década de los años cincuenta del siglo anterior.


Corrobora a este acontecimiento, mi padre, quien fresco de recuerdos decía, cuando la gente de Chuquiribamba se proponía a hacer algo, lo hacía, no había nada que les venza. Es por eso que, antes de que terminen la construcción de la carretera, trajeron un camión.

Recuerdo, en 1951 llegó a Chuquiribamba el curita Alfredo Narváez y él voluntariamente nos ofreció poner su camión al servicio del pueblo, pero a condición de que lo vayamos a traer desde Catamayo.

Aunque parecía imposible, unidos todos los pobladores del centro y los barrios junto a las autoridades de ese entonces y sus líderes entre ellos: Luis Cuenca Dávila, Clementino Fernández, Zoilo Carpio, Emilio Galarza, Virgilio Cobos, Emilio Jaramillo, Deifilio Sinche, Modesto Ortega, Amador Peñarreta, Abelardo Puchaicela, Isaias Sinche, Pompilio Sinche, Balvino Caraguay, Modesto Pauta, Nazario Saca, Arcenio Pauta, Eliseo Tene y más, fijamos la fecha para irlo a traer al carro.  El día previsto, salimos de Chuquiribamba a la madrugada y en las primeras horas de la mañana ya estuvimos listos en Catamayo.

Luis Cuenca Dávila de Chuquiribamba y Eliseo Tene de Pordel dieron una res cada uno para que las mujeres en el camino preparen el “caldo” para los mingados y Balvino Caraguay de Chantaco, llevó cuatro yuntas de toros para arrastrarlo al carro.   Con betas y largos maderos atamos el chasis a las yuntas y todos uniendo fuerzas halábamos y empujábamos el vehículo. 

Como en procesión muy contentos pasamos Trapichillo, luego de unas horas, y con más dificultad comenzamos a subir la cuesta agreste de El Atillo, mientras otros mingados caminaban adelante con palas, picos y barretas abriendo trocha.   Por momentos parecía que bamboleaba y se desplomaba al barranco, en tanto que las gentes de lado a lado empujábamos y sosteníamos el vehículo y don Carlos en su asiento de chofer maniobraba el volante y en donde podía encendía el motor para minorar el esfuerzo que hacíamos.

Cerca de cuarenta kilómetros halamos y empujamos el vehículo en dos jornadas.  El primer día avanzamos hasta el sitio El Sauce, cercano al barrio Chichaca.  Aquí pernoctamos y el segundo día muy temprano salimos para en horas de la tarde llegar a Chuquiribamba, desde luego con menos dificultad.


Cuando pasamos por Chantaco, Carmelo y otros barrios, los pobladores emocionados gritaban: “¡El carro llega, el carro llega!”, ya en Chuquiribamba, la multitud en un solo coro gritaba “llegó el carro”, “llegó el carro”…Fue un día de alegría y fiesta.

 

"El pueblo me lo contó

y yo al pueblo se lo cuento

y pues la historia no invento

responda el pueblo y no yo"

                                     Cordobés Maure

jueves, 15 de julio de 2021

CRISTOBAL PADILLA COX, UN HOMBRE VISIONARIO

 Leyendas y tradiciones andinas / Loja – Ecuador

PERSONAJE EN JIMBURA

 

En el pequeño parque de la fronteriza parroquia de Jimbura, a más de su iglesia, el atractivo que sobresale, es un monumento con la efigie de Don Cristóbal Padilla, construido por el I. Municipio de Espíndola, en el año 2004, que en la parte frontal dice:


El I. Municipio de Espíndola

al Sr. Don Cristóbal Padilla Cox y Galarza

“Hombre de extraordinario talento: visionario e impulsor heroico del camino que unió Jimbura con el valle
selvático ahora llamado “San Andrés” y Zumba.   Junto a un grupo de valientes jimburenses, cristalizó su anhelo incomprendido                                                                                  y que hoy en día permite la supervivencia de más de 300 familias  de Espíndola y otroslugares”.

Jimbura 24-04-2004

Manuel de J. Andrade

ALCALDE

Tratando de conocer, quién fue este distinguido personaje, conversamos con don Juan Bautista Delgado, nativo de este lugar y conocedor de gran parte de la historia de su pueblo, quien nos cuenta que, trabajó en la demarcación de límites del Ecuador con el Perú en 1944; así como también se desempeñó como Presidente de la Junta Parroquial, dice: Verá, Cristóbal Padilla, llegó a nuestro pueblo como mandado de Dios.  Eso fue en 1954.   Nunca nos contó de donde era.  

Dijo que su aspiración era el de entrar al Oriente y llegar a Zumba.   No demoró mucho, junto con gente de Amaluza y Jimbura se fueron.    No existía camino, tenían que ir abriendo trocha.   Escalaron la cordillera y se desviaron hasta llegar al nacimiento del Río Blanco y de ahí llegan a Iriachi.   Dándose cuenta que han estado en territorio peruano, regresan por indicación de la gente de ese lugar hasta el destacamento de Guaranguillas en territorio ecuatoriano, y de ahí a Zumba; demorando su recorrido, un mes.

De esta primera expedición la gente vino bastante maltratada y algunos al morirse, pero resueltos a volver.  

El segundo viaje lo hacen en el año de 1957, se fueron 18, entre ellos don Emiliano Jiménez, el Mayor Salazar, un gringo y mis dos hermanos: Secundino y Efraín Delgado; en primera instancia se abrió el camino hasta Calderón, luego continuamos hasta llegar a Zumba.   Don Cristóbal nos decía que tenemos que hacer fronteras vivas, porque los peruanos nos pueden ganar; ellos ya en el año de 1800 habían estado entrando desde Ayabaca.  

A los doce días llegamos a La Esmeralda, y ahí se nos terminó los alimentos, unos regresaron a llevar y los demás continuamos trabajando.   A Zumba llegamos a los veintiocho días.   Al conocer esta hazaña, la gente de Zumba nos recibió muy bien.   El regreso lo hicimos por el camino Zumba – Valladolid – Yangana - Loja.

Todo el valle de San Andrés y Zumba, era selva virgen, la trocha rapidísimo se llenaba de monte y perdíamos el sendero.   Es por eso que 1959 más de noventa jimburenses formamos una cooperativa, para abrir el camino y tomar posesión de esos terrenos baldíos.    Cada dos meses hacíamos turnos para trabajar en la construcción del camino.   No nos desalentamos, lo logramos. 

Ya con el camino, en acémilas hacíamos ocho días.   En 1980 se inició la construcción de la carretera Jimbura Zumba, ahora hacemos solamente cuatro horas.  Hay bastante intercambio comercial.   Con el servicio de transporte que presta la cooperativa de rancheras “Ciudad de Zumba”, los días miércoles, sábado y domingo, ha mejorado notablemente nuestro pueblo.   El valor del pasaje es de seis dólares.

La construcción de la carretera, en primera instancia avanzó hasta el sitio Los Tululuches, luego a Calderón; en tanto que los de Zumba empataron en San Andrés.

Vida

Don Cristóbal, murió en 1968.   Juanito Sarango me contaba que a Cristóbal lo conoció en la hacienda de Tabloncillo, luego vivió en Cariamanga, y a los 18 años de edad entró al servicio Militar, y de ahí vino hasta aquí.   Fue un gran líder, un gran organizador; se casó con la señora Yolanda Torres en la ciudad de Amaluza y con ella tuvo 4 hijos: Montelicio, Líder, Robert y Alex, llegando posteriormente, Líder a ser Diputado por la provincia de Loja.



Tomado del libro de leyendas y tradiciones: HUELLAS, página 62, mayo 2006.

Autor del libro: Eduardo Pucha Sivisaca