3 de mayo, día de Las Cruces
Leyendas
y tradiciones andinas / Loja – Ecuador
En
el mundo católico, el tres de mayo se celebra el Día de la Santa Cruz, también se la conoce como
Fiesta de las Cruces, porque en el año 326 d. C. en Jerusalén, al excavar el Monte
Calvario, encontraron la cruz en donde
murió Jesús de Nazareth.
Con la llegada de los españoles a nuestro continente, el
sincretismo cultural y religioso que se produce en todas las comunidades
andinas, hace que nuestros ancestros combinen los ritos que nos traían con los
ya existentes. Es por eso que en la
actualidad no es extraño encontrar colocada una Cruz en la cima de un cerro o
en una capilla como símbolo de fe y protección.
A poca distancia de la
parroquia Santiago perteneciente al cantón Loja en la provincia de Loja, se
encuentra el cerro Tiura y dicen que en el año 1954 colocaron una Cruz para
protegerse de los desastres. El lugar, a
más de ser un atractivo turístico ecológico es un punto de encuentro religioso
para celebrar la Fiesta de la Cruz el tres de mayo, con la concurrencia de
cientos de pobladores y peregrinos de otros lugares.
En
la década de los años del noventa del siglo anterior, de la tradición oral se
recogió esta curiosa leyenda y tradición sobre la colocación de la Cruz en la
cima del cerro Tiura.
Se
aproximaba el cambio de siglo. El temor
y la desesperación cundió en toda la población de Santiago y barrios aledaños.
Según unos –decían- que se
aproximaba el fin del mundo, porque así
estaba escrito en las Sagradas Escrituras; otros que habrán grandes
tempestades y que por efecto de las mismas se producirán deslaves
con los que se unirán los cerros de Tiura, Borma, Sayo y Santa Bárbara; en
tanto que unos terceros aseguraban que Santiago iba a desaparecer, porque la laguna que se
encuentra en la cima del cerro de Tiura, enfurecida se derramará y bajará
arrasando con todo lo que encuentre a su paso por efecto de la tempestad
invernal. Además, se aseguraba que por
los lados circundantes del cerro habían fallas geológicas y ya se observaban grandes
grietas.
¿Cómo
prevenir de lo que suceda? Este anuncio
lo habían hecho nuestros antepasados y la psicosis colectiva crecía cada día.
La laguna en la cima del cerro efectivamente existía, y cuentan que los curanderos de las
zonas de Santiago, Zenén, Salapa, Las Pitas, El Carigán y en ocasiones hasta los de Chulucana (Perú), acudían a ella con enfermos de espanto, mal de ojo, aire de agua, vientos grandes, torceduras, etc. llevándole ofrendas, para luego de realizar ritos y ceremonias, bañarse en sus frías aguas, ya que le atribuían poderes curativos.
El temor cada instante era
más poderoso. Los años para cambiar el
siglo se acercaban y toda la población no sabía si esperar hasta el final o
emigrar a otro lugar para evitar ser víctima de la catástrofe.
Cuentan
que don Tobías Villamagua, dueño de la estancia en donde está el cerro, junto
con sus familiares y amistades construyeron una cruz grande de madera y
acudieron a la cima de Tiura a colocarla, porque creían que a través de este
acto de fe evitarían lo que les sobrevenía.
Desde entonces se comenzó a celebrar la fiesta de la Cruz, cada tres de mayo, a donde acuden muchos devotos y en un gesto de agradecimiento a Dios, cada año realizan la romería a la cima.
Ha pasado
el tiempo; se terminó el siglo XIX, luego el XX y estamos comenzando el
XXI. Los temores se han calmado, la
población está tranquila, y de la laguna en el cerro de Tiura, solamente queda
la huella y el recuerdo.
Loja, 2 de mayo de 2021
Eduardo Pucha Sivisaca
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