TRINCHERAS PERUANAS EN “LOS ENCUENTROS” (tradición)
Por Eduardo Pucha S.El 12 de julio de 2010, mientras algunos maestros nos encontrábamos en el puente sobre el río Zamora, muy cerca a la parroquia Los Encuentros, en una camioneta roja llegó un señor que luego nos enteramos que se trataba de un alto oficial retirado de las Fuerzas Armadas. ¿Y quién era? Él se identificó como el coronel Mario Durán Roldán. Al entablar diálogo, nos dijo: estos lugares los recorrí cuando fui subteniente en la década de los años 60. En ese tiempo se llegaba a este lugar solamente en canoa; vine acá cumpliendo una misión de reconocimiento, justamente aquí encontramos unas trincheras que las habían construido los peruanos en 1941, vinieron navegando en lanchas a motor por el río Zamora y se establecieron aquí. Luego de firmado el tratado de Paz, en enero de 1942 abandonaron este sitio y se ubicaron tras la cordillera de El Cóndor. Ojalá esta información le sirva para algo.
¡Quiero darle otro dato que pocos lo conocen! En el cementerio de Zamora había un conjunto de bóvedas sin cadáveres. Eran tumbas construidas en homenaje a los soldados y clases desaparecidos en los ríos Zamora y Nangaritza. ¡Creo que sumaban 31!
Veníamos desde Zamora acá en canoas a palanca, recorrido que nos demoraba dos días. Antes de llegar a esta parroquia había un remolino grande que ahora no lo ubico, ¡no sé exactamente en donde está! En ese remolino murieron más o menos el 70% de esa gente que nunca los encontramos, soldados y clases, incluido un oficial.
A Los Encuentros conocí mucho más antes, le estoy hablando cuando era muchacho, mis padres tenían una propiedad en Gualaquiza, y de ahí veníamos acá en canoa. Había una sola jibaría, la del jíbaro Guachapá, aquí él sembraba un poco de yuca, un poco de plátanos, cultivos que no van más allá de una hectárea de terreno; entonces si pasaron una o dos generaciones de jíbaros, aquí habían solamente dos o tres hectáreas de montaña desbrozada, el resto era selva virgen.
Al preguntarle que si lo conoció a Martín Ayuya, dice no, pero había un jíbaro Ayuy, allá en Las Peñas cerca de Gualquiza.
Termina nuestra conversación, indicándome que él es de Cuenca y hoy reside en Quito. Tiene 73 años de edad, y que vino con su familia para recorrer estos lugares de la frontera que los ecuatorianos debemos conocer.
Loja, 17 de julio de 2010
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