LA IGLESIA DE CHUQUIRIBAMBA (tradición)
Por: Eduardo Pucha S.
Esto ya es historia:
La construcción de la primera iglesia de la parroquia Chuquiribamba se pierde en el tiempo.
Conocí la anterior, construida a finales del siglo XIX. Ocupaba casi una cuadra de largo, tenía unas paredes anchas de tapia y techo de teja; dos puertas grandes, la principal frente al parque y la secundaria al lado lateral. Por un costado se miraba los cimientos de piedra visible y sus paredes sobre un bordo de tierra firme a un metro o más de altura. Sus torres eran las que más llamaba la atención, porque su diseño llamativo era de un completo estilo barroco.
De niño recuerdo haberla conocido a la señora Trinidad Agüinsaca, una anciana que vivía en el barrio Calucay y que según sus familiares tenía 130 años de edad. Falleció en la década de los años sesenta, y tan lúcida a pesar de su edad me contaba historias que las recordaba tan claras como que las estuviera viviendo ese momento. Era una excelente narradora. Refiriéndose a la iglesia decía: en el mismo lugar en donde se levanta la actual, existía una pequeña con paredes de bahareque y cubierta de paja, como estaba demasiado vieja, la tumbaron y construyeron una nueva con paredes de tapia y techo de teja. Fueron Rumaldo Caraguay y Nicolás Guaya, de Chantaco; Julián Sivisapa y Antonio Condor de, Cumbe; Marco Remache de Pordel, y gente de todos los barrios, junto con caciques y gobernadores quienes traían en yuntas de bueyes la madera seleccionada (cazhco, colorado, romerillo y duco) de las montañas de Zenén, Zopata y Sañe; y las tejas eran confeccionadas por tejeros del lugar.
Referencias insertadas en la revista “Coronando un Ideal”, publicada en 1941, nos hacen conocer que el Padre Florentino Muñoz, complementando a la terminación de la iglesia, en 1935 inicia la construcción de la fachada y las torres, obra que no la pudo ver cristalizada por su corta estadía en la parroquia. Posteriormente el Dr. Víctor Manuel Reyes Azanza es quien concluye esta artística obra, bendiciéndola solemnemente en abril de 1941.
El sismo que afectó a la provincia de Loja en 1970, cuarteó las paredes de la iglesia y derribó una de sus torres, la efigie de San Juan Bautista y el borreguito que adornaban la fachada.
Dada esta circunstancia, dice el profesor Enrique Loarte, las autoridades de aquel entonces, no estoy seguro, pero me parece que fue en la sindicatura de don Manuel Presentación Aguinsaca, y el Padre Antonio Armijos en 1978, quienes procedieron a la demolición de la antigua iglesia, para iniciar la construcción de una nueva. A propósito, era muy bonita, especialmente por belleza arquitectónica de su fachada.
En 1994 presenciamos el avance en la construcción de su fachada con un estilo moderno y muy diferente a la anterior, trabajo que en poco tiempo tanto propios y extraños admiramos.
El tiempo ha pasado; a partir del primero de agosto de este año (2010), las autoridades parroquiales, nuestro sacerdote y el cuerpo de la sindicatura con el apoyo del H. Municipio de Loja y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, están demoliendo la fachada actual, para reconstruir la anterior y de esta manera devolverle a la iglesia de Chuquiribamba esa belleza arquitectónica que un día la tuvo como herencia de nuestros ancestros.
Al recuperar nuestro patrimonio cultural, aplaudimos la iniciativa y rescate de estas obras, porque con ello apuntan a afianzar más nuestra identidad y embellecen nuestro entorno, ya que Chuquiribamba, siendo Patrimonio Cultural del Ecuador, merece eso y mucho más.
Loja, 24 de agosto de 2010
Conocí la anterior, construida a finales del siglo XIX. Ocupaba casi una cuadra de largo, tenía unas paredes anchas de tapia y techo de teja; dos puertas grandes, la principal frente al parque y la secundaria al lado lateral. Por un costado se miraba los cimientos de piedra visible y sus paredes sobre un bordo de tierra firme a un metro o más de altura. Sus torres eran las que más llamaba la atención, porque su diseño llamativo era de un completo estilo barroco.
De niño recuerdo haberla conocido a la señora Trinidad Agüinsaca, una anciana que vivía en el barrio Calucay y que según sus familiares tenía 130 años de edad. Falleció en la década de los años sesenta, y tan lúcida a pesar de su edad me contaba historias que las recordaba tan claras como que las estuviera viviendo ese momento. Era una excelente narradora. Refiriéndose a la iglesia decía: en el mismo lugar en donde se levanta la actual, existía una pequeña con paredes de bahareque y cubierta de paja, como estaba demasiado vieja, la tumbaron y construyeron una nueva con paredes de tapia y techo de teja. Fueron Rumaldo Caraguay y Nicolás Guaya, de Chantaco; Julián Sivisapa y Antonio Condor de, Cumbe; Marco Remache de Pordel, y gente de todos los barrios, junto con caciques y gobernadores quienes traían en yuntas de bueyes la madera seleccionada (cazhco, colorado, romerillo y duco) de las montañas de Zenén, Zopata y Sañe; y las tejas eran confeccionadas por tejeros del lugar.
Referencias insertadas en la revista “Coronando un Ideal”, publicada en 1941, nos hacen conocer que el Padre Florentino Muñoz, complementando a la terminación de la iglesia, en 1935 inicia la construcción de la fachada y las torres, obra que no la pudo ver cristalizada por su corta estadía en la parroquia. Posteriormente el Dr. Víctor Manuel Reyes Azanza es quien concluye esta artística obra, bendiciéndola solemnemente en abril de 1941.
El sismo que afectó a la provincia de Loja en 1970, cuarteó las paredes de la iglesia y derribó una de sus torres, la efigie de San Juan Bautista y el borreguito que adornaban la fachada.
Dada esta circunstancia, dice el profesor Enrique Loarte, las autoridades de aquel entonces, no estoy seguro, pero me parece que fue en la sindicatura de don Manuel Presentación Aguinsaca, y el Padre Antonio Armijos en 1978, quienes procedieron a la demolición de la antigua iglesia, para iniciar la construcción de una nueva. A propósito, era muy bonita, especialmente por belleza arquitectónica de su fachada.
En 1994 presenciamos el avance en la construcción de su fachada con un estilo moderno y muy diferente a la anterior, trabajo que en poco tiempo tanto propios y extraños admiramos.
El tiempo ha pasado; a partir del primero de agosto de este año (2010), las autoridades parroquiales, nuestro sacerdote y el cuerpo de la sindicatura con el apoyo del H. Municipio de Loja y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, están demoliendo la fachada actual, para reconstruir la anterior y de esta manera devolverle a la iglesia de Chuquiribamba esa belleza arquitectónica que un día la tuvo como herencia de nuestros ancestros.
Al recuperar nuestro patrimonio cultural, aplaudimos la iniciativa y rescate de estas obras, porque con ello apuntan a afianzar más nuestra identidad y embellecen nuestro entorno, ya que Chuquiribamba, siendo Patrimonio Cultural del Ecuador, merece eso y mucho más.
Loja, 24 de agosto de 2010
se puede ir a recorrerla?
ResponderEliminarahora estoy en un hotel en buenos aires, pero sin duda me encantaria ir de visita para alli