martes, 6 de noviembre de 2012

NAÚN BRIONES EN ZARUMA


Eduardo Pucha S
En una ocasión cuando estábamos en la piscina tomándonos unas cervecitas con don Expedito Córdoba quien hace poco falleció, me contó una hermosa historia sobre el bandolero Naún Briones manifiesta don Luis Ortega Sotomayor quien en la actualidad tiene 61 años de edad y vive en la ciudad de Zaruma.   Él decía, continúa, cuando niño fui lustrador de botas y en una ocasión junto con otro niño que hacía lo mismo lo vimos a un señor sentado en el parque central de nuestro pueblo al que le ofertamos lustrarle los zapatos quien gustoso aceptó, y como éramos dos, lógicamente  convenimos en lustrar un zapato cada uno.   Recuerdo que mientras pasábamos la tinta y el cepillo en su calzado, mi amigo que no era de aquí sino lojano, alzó a verle la cara y sorprendido dijo: ¡Don Naún!,  quien con el dedo índice en los labios hizo “Chizzz”, mi amigo quedó calladito y no dijo nada, entonces Naún bajó un poco la falda de su sombrero a la cara y esperó que termináramos de lustrarle.    Se paró, metió la mano en su bolsillo y nos pagó un sucre para que nos repartiéramos los dos.   ¡Un sucre era bastante dinero en ese tiempo!     Cuando llegué a la casa, por poco aguanté, porque mi papá no creía que esa cantidad nos haya pagado y no juzgaba prudente que a mi edad lleve tanto dinero.    Al día siguiente, mi amigo y yo regresamos al parque pensando lustrarle otra vez, ya no lo encontramos.
Los mayores nos contaban que Naún venía de la provincia de Loja por el Santuario de El Cisne, llegaba a Curtincapa y Salatí porque allí tenía amigos, y luego venia acá.   En una ocasión lo metieron a la cárcel, pero estuvo solamente dos horas porque el carcelero se puso de parte y le dejó las llaves, y bueno, abrió las seguridades y se fue.  
El calabozo en ese tiempo estaba ubicado en el Municipio Viejo al lado de una grada que quedaba en el primer piso.   Ahora en el mismo lugar se levanta el actual Municipio.

jueves, 18 de octubre de 2012

EL SANTUARIO DE LAS LAJAS TIENE ALGO DE ECUADOR

 Pasando el puente internacional de Rumichaca, a 10 km de distancia se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Las Lajas, “Topográficamente el más bello del mundo; religiosamente el más visitado de América; arquitectónicamente, el más audaz y original de Colombia”, por eso es considerado como una de las 7 maravillas de ese país.
En este lugar lo encontramos a don Luis Enrique Morillo Melo, quien trabaja más de 40 años fotografiando a los turistas.   Al acercarnos y conversar con él, dice: el santuario pertenece al corregimiento de Las Lajas del municipio de Ipiales.   Es visitado por turistas de todo el Mundo, especialmente de Holanda, Inglaterra, estados Unidos, Japón y España; tiene la singularidad de estar construido en una empinada peña, sobre un puente de dos arcos sobre el río Guáitara; tiene 20 metros de largo por 17 de ancho y una altura de 80; en tanto que la altura del templo desde su base en el río hasta las torres es de cien metros.
En la nave central se observa la  imagen de la Virgen del Rosario, pintada en una piedra por autor desconocido.
Refiriéndose a la aparición de la pintura en esta piedra, continúa: la tradición se remonta a 1754.   Según dicen,  la señora María Mueces de Quiñonez, era una lavandera que vivía en Potosí, y todos los días pasaba por aquí a Ipiales para lavar la ropa de la familia Torrensano.   El recorrido diario que hacía era de siete kilómetros.   En una ocasión cuando regresaba de Ipiales a Potosí con su pequeña hija que era sordomuda, al pasar por este lugar le sorprende una torrencial lluvia acompañada de truenos y relámpagos, por lo que tuvo que guarecer en una cueva funesta y que supuestamente para los mortales era la morada del diablo; es en este instante cuando Rosa, la niña sordomuda le dice: “mamita, la Mestiza me llama”, doña María mira al frente y no sale del asombro al ver en la peña la reluciente imagen de la Virgencita y a su hija por primera vez escucharle hablar.   ¡Increíble! Este es el primer milagro que obra Nuestra Señora del Rosario.
De inmediato este acontecimiento le participa al párroco de Potosí y él no le cree. Al siguiente día pasa a Ipiales y el acontecimiento se repite, le cuenta al párroco de Ipiales, tampoco le cree.
Pero a la tercera vez cuando la gente se percata que la niña escucha y habla, resuelve ir a peregrinar y orar en la peña, constatando en esta ocasión que efectivamente la Virgen está ahí.  
-Mire,  ¡esa es, tal como apareció!, me dice don Luis Enrique indicándome con su mirada, claro que ahora le han hecho unos pequeños arreglos, pero es la misma imagen la que está en el Altar Mayor -
Se llama de “Las Lajas”, porque toda esta parte que mira usted es roca.   Esas piedritas delgadas en plancha se llaman Lajas.   Entonces por eso la denominación “La Virgen de las Lajas”.
Desde entonces comenzó a poblarse este sitio y a convertirse en un lugar turístico.
Dicen que la primera capilla fue una chocita de paja la misma que duró 30 años y que se desplomó en una tempestad.   A raíz de la desaparición de esta capilla se interesa en la construcción  de otra don Juan Manuel de Rivera, un pordiosero que era cieguito, pero que la Virgencita le hizo el milagro de devolverle la visión, por lo que él en agradecimiento recorrió todo Colombia y parte del Ecuador y reunió 317 reales los mismos que los donó para la construcción de la capilla, a la que participaron obreros de la zona, arquitectos ecuatorianos y picapedreros de Ibarra.
Desde la aparición de la Virgen hasta la actualidad el Santuario ha sido modificado algunas ocasiones; pero merece recalcar que en el tercer ensanchamiento del edificio fue el arquitecto ecuatoriano Mariano Aulestia, quien diseñó y dirigió la obra, la misma que duró más de un siglo.   En tanto que el actual santuario inició su construcción en 1916 a cargo del ingeniero ecuatoriano J. Gualberto Pérez y del colombiano Lucindo Espinosa.  Culminó la obra en 1949.
Hablando de milagros -continúa don Luis Enrique-  el que presencié fue ahí, al frente, en la esquina del santuario.   Llegó una señora que según supimos después, ya había tenido intentos de suicidio y como aquí encontró el lugar apropiado, del puente se lanzó al vacío,   nosotros la vimos cómo descendió al río; más ella del fondo salió ilesa, se paró a la orilla y regresó para nuevamente volver a lanzarse.   El puente es altísimo.   ¡Asustados corrimos a socorrerla, pero no le pasó nada!, ¡milagro!
Por eso en el bordo del camino en un largo tramo encontramos cientos de placas y plaquetas que dejan los peregrinos en agradecimiento por los milagros concedidos.   Allí constan el nombre de la familia, la fecha y el milagro que han recibido.

sábado, 1 de septiembre de 2012

TULCÁN: Museo del silencio

MUSEO DEL SILENCIO

 
En la ciudad de Tulcán, provincia del Carchi, frontera con Colombia, está uno de los atractivos más grandes de “escultura en verde”, conocido como “El Cementerio de Tulcán”   “Este lugar es tan hermoso que hasta dan ganas de morirse”, y puede ser considerado como la octava maravilla del Mundo Moderno.
Aquí lo encontramos a don Lucio Ramón Reina, quien muy gentil nos ofreció su trabajo profesional en fotografía, y en ameno diálogo, poco a poco nos hace conocer algunos datos referentes al cementerio, un verdadero museo con diversidad de formas artísticas "esculpidas" en ciprés.  
Soy el  escultor de la segunda parte de lo que se llama “PARQUE DEL RECUERDO”, nos comenta.    Entré  a trabajar aquí en 1966 y me jubilé en el 2008, luego de haber trabajado 43 años como jardinero.   En ese tiempo ya existía la primera parte del cementerio con figuras talladas en los ciprés y expuesto a la mirada de los turistas, cuyo artífice fue don José María Azaél Franco.   Esos  árboles los sembró en 1936.   Cuando entré  a trabajar, solo hacíamos mantenimiento.   ¡Ahí es cuando aprendí a podar y darles forma al corazón de los árboles!
El lugar en donde está la segunda parte, era un cementerio común y corriente con tumbas construidas sin estética alguna; además ya no había espacio para enterrar a los muertos.   Recuerdo que el terreno era descuidado y lleno de montes dándo una imagen desagradable.  Entonces el señor alcalde notificó a los deudos  para que exhumen los cadáveres de sus familiares.   Sacaron los restos los que pudieron, otros no; luego pasaron la motoniveladora, trazaron las calles y allí sembramos más de 20.000 cipreses en dos filas, conservando una distancia de cincuenta centímetros entre cada planta, con la finalidad de que se "tupa" pronto.   ¡Esto fue en 1987!
 El primer corte de estas plantas las realicé a los tres años, es decir en 1990, luego hice el redondeo para que se vayan tupiendo los árboles y finalmente el tallado de las figuras, a los diez años de sembrados.   ¡Es un trabajo lento que demanda gusto y paciencia!   Como ve, ahí están las esculturas en cipreses por lo que siento un sano orgullo. 
Una vez hechas las "esculturas" en los árboles, se las poda cada cuatro meses, porque si las dejamos sin mantenimiento se convertirían en un bosque natural.
La primera parte del cementerio ocupa una extensión de dos cuadras y la segunda cuatro; aquí se encuentran talladas más de 220 figuras como: vasijas ceremoniales precolombinas, imágenes religiosas, el Monumento a la Madre, el  Ángel, el escudo del Banco Central, la Cara de Rumiñahui, el Shamán, pájaros, elefantes, tortugas, pingüinos, lechuzas, lobos, osos, monos, etc.
Le preguntamos a don Lucio Ramón si conoce otro cementerio de iguales características en algún lugar, a lo que responde: 
- ¡no he viajado!, pero me han contado los turistas que vienen de otros países, que este es único en el Mundo-.
- ¡Ah!, solamente un turista me dijo que hay un parecido en Versalles (Francia), pero ¡no sé si  las esculturas están talladas en cipreses u otras plantas! - 

¿Qué le motivó a don José María Azaél Franco para hacer esta monumental obra en verde?   ¡Esa es  la pregunta que hacen todos!; pero en ese tiempo  yo no nacía aún.   Cuando entré a trabajar aquí tenía 23 años y él ya se había jubilado, por lo tanto desconozco.   Sé que es oriundo de El Ángel, y que allá había trabajado en una hacienda como jardinero, eso es lo único que se.   ¡Bueno hay algunas conjeturas!
Después de jubilado, cuando fue alcalde el Dr. Ignacio Sambrano regresó solo a supervisar su trabajo, porque no se enseñaba en su casa.   En esa época ya no hizo esculturas de ninguna clase.   Pasó un corto tiempo, porque en 1985 falleció.  Tenía 86 años.   Eso es lo que conozco de él; pero de lo que le puedo dar razón es de lo mío.  
Entré a trabajar a los 23 años de edad.   Después de laborar 21, se me ocurrió hacer la segunda parte del cementerio.   No recuerdo si vino o fui yo al Municipio donde el señor Alcalde don Hugo Ruiz Enríquez, para decirle que mandara a un arquitecto a que diseñe el parque; él en vez de mandar al profesional que solicitaba me dijo: como usted es el jefe, haga lo que tiene en mente; ¡me dio la facultad total!  
La mayor parte de las figuras son mis creaciones, están hechas a mi imaginación.   Para hacerlo, comencé a ilustrarme en programas de televisión, especialmente en lo referente a las culturas de Ecuador, Perú, y otros países; después compré una revista completa y fui basándome en ellas especialmente en las figuras precolombinas.   Aquí hay variedad.  A un principio me salían feas, pero poco a poco fui perfeccionándolas.
Terminamos nuestra conversación preguntándole sobre su profesión, a lo que él muy orgulloso dice: ¡jardinero!   Entré  a trabajar como tal y aquí me hice "escultor" en ciprés, aprendí a darles vida eterna a los árboles.  
Nací en Tulcanquer a el año de 1943, allá trabajaba como jornalero en el campo.   Vine acá y soy lo que soy.  
Me casé y tengo tres hijas.   Ahora recorro todo el "Parque" fotografiando a los turistas y vigilando mis obras porque tengo facultad para ello.
Loja, 1 de septiembre de 2012
Eduardo Pucha S.

lunes, 20 de agosto de 2012

QUITO: Leyenda de Cantuña


LO ENGAÑÓ AL DIABLO
En la parte frontal de la iglesia de San Francisco de Quito, encontramos dos importantes placas recordatorias que nos transportan al siglo XVI.   La primera y la segunda, dicen respectivamente lo siguiente:
“IGLESIA DE “SAN AGUSTÍN”
S. XVI
INICIADA POR EL ARQ
FRANCISCO BECERRA
HACIA 1580
Y TERMINADA EN 1627
REEDIFICADA 1868”.

CONVENTO E IGLESIA DE SAN AGUSTÍN
“Los agustinos  llegaron a Quito a mediados del siglo XVI y se establecieron provisionalmente en Santa Bárbara.   A partir de 1573 adquirieron terrenos para su convento e iglesia.   El arquitecto extremeño Francisco Becerra planificó y empezó a construir el templo actual hacia 1580.   Desde 1606 dirigió las obras Juan del Corral, arquitecto español, y las continuó el maestro de obras fray Diego de Ecarza.   La fachada se hizo entre 1659 y 1669.   El maestro Miguel de Santiago, a mediados del siglo XVII, decoró los claustros con grandes óleos, entre ellos los de la vida de San Agustín; el gran artista quiteño está enterrado en una de las criptas de la iglesia”.     

Lo que maravilla a quienes visitamos la Plaza de San Francisco en Quito, es la iglesia, el Museo, y escuchar la popular leyenda de Cantuña, a quien le atribuyen la construcción del Atrio, mediante un pacto con el Diablo.
Ya en el museo, muy gentil nos acompaña la señorita María del Cisne Romero Freire, oriunda de la ciudad de Piñas, provincia de El Oro, quien, en calidad de guía, poco a poco nos introduce en un mundo lleno de reliquias guardadas desde la época colonial y muy bien conservadas a través del tiempo.
Estamos en el  Convento  Máximo de la Conversión de San Pablo, dice, más conocido como  Convento de San Francisco de Quito.   Aquí  está el Museo “Pedro Gocial”.   En él se encuentran alrededor de 4.500 obras de arte  entre  pinturas, esculturas, retablos y artesonados.
Existen siete salas de exhibición: en la primera se encuentra la Génesis Franciscana; luego la Sala de la Procesión; la Sala de Bernardo de Rodríguez;  la sala de Bernardo de Legarda; la Sala de Miguel de Santiago, más conocida como la Sala de la Evangelización; la Sala de Alabastro y la Sala de la Platería.   Además se puede admirar el arte barroco plasmado en el coro de la iglesia central.
En una pared contiguo a una grada se encuentra el óleo sobre lienzo más grande del museo, mide 7, 07 m de alto por  y 4,15 m de ancho; tiene alrededor de 590 rostros, todos diferentes que representan el árbol genealógico de la familia Franciscana.  Es por  esta razón que en la parte inferior está San Francisco de Asís como raíz y fundador de la congregación Franciscana.    Es un óleo del siglo XVIII,   atribuido al Taller de Miguel de Santiago.
En la iglesia del convento, donde ahora se encuentra una cruz,  fue construida la primera capilla en la que iban a rezar los españoles,  era una  pequeña choza de paja y adobe; en tanto que para  los indígenas se construyó una capilla junto a esta,  dedicada a la virgen de los Dolores,  actualmente es conocida como la Capilla de Cantuña.   

De acuerdo  a la leyenda quiteña, dicen que los franciscanos contrataron a Cantuña  para  que construyera el Atrio de San Francisco.   En el contrato estipulaba una cláusula en la que determinaba un plazo para hacerlo.   Éste al no poder concluir la obra  en  el tiempo convenido, pidió ayuda  al Demonio ofreciéndole a cambio su alma.   Le dijo: te doy mi alma si colocas cada piedra en su lugar hasta el amanecer.   Ese fue  el trato.  
Cantuña, muy astuto, escondió una piedra bajo su poncho.   Al día siguiente cuando el Diablo exigía el cumplimiento del contrato porque la obra estaba concluida, no pudo, porque faltaba una piedra.   Por lo tanto el pacto quedó  anulado.  
En la actualidad, si  a lo largo de todo el frente del Atrio observamos detenidamente los canalones de desfogue de las aguas lluvias, podemos darnos cuenta que en el lado izquierdo hay siete y en el lado derecho hay seis; por lo tanto de  acuerdo a la leyenda, esta es la piedra que falta.
Como les dije, - continua María del Cisne Romero- esta es solamente una leyenda.   La historia verdadera es que Francisco Cantuña, si existió, fue hijo de Hualca, quien acompañó a Rumiñahui para quemar la ciudad aborigen de Quito y luego a los Llanganatis para esconder los tesoros de oro existentes en los templos incaicos.
En estos ajetreos,  olvidaron a Cantuña, niño aún, quien se quedó atrapado en las llamas que consumían la ciudad.   Con gran suerte sobrevivió al percance, pero se quedó horriblemente deformado.  
Cuando llegaron las huestes españolas, fue el conquistador Hernán Suárez, quien se apiadó de él y lo tomó como parte de su servicio.   Según dicen lo trató bien y con el tiempo fue encariñándose hasta considerarlo como a su propio hijo.  
Hernán Suárez era un mal administrador de sus bienes, por lo que despilfarró toda su fortuna y con el pasar del tiempo se quedó pobre.   Aquejado por las deudas no sabía qué hacer y cómo resolver los problemas que cada día se tornaban más graves, por lo que Cantuña, tratando de recompensar lo que el español había hecho por él durante su niñez y adolescencia, se ofertó solucionar el problema; pero bajo una sola condición: que haga de inmediato modificaciones en el subsuelo de su casa.
 Suárez aceptó.   De pronto los vecinos notaron la recuperación económica del conquistador que se puso mucho mejor que en sus días de bonanza.   Pero como todo mortal “la vida no la tiene comprada”, murió.   A la muerte de él, Cantuña se constituyó en el heredero único de la fortuna de don Hernán Suárez.
Posteriormente, Cantuña donaba grandes cantidades de dinero a los franciscanos para la  construcción del convento y la iglesia.   Los religiosos  que no comprendían el origen de esta fortuna, procedieron a interrogarlo de forma capciosa, a lo que acosado por los continuos interrogatorios, inventó justificarse que toda esa fortuna se la daba el Diablo, porque había firmado un pacto con él a cambio de su alma.   Existe en el Archivo Nacional,  un  juicio contra Cantuña  por haber inventado tan grave mentira.
Cuando murió Cantuña, inspeccionaron la casa en donde vivía y descubrieron que en el subsuelo de la misma había un piso falso en donde estaba construido un horno grande de ladrillo para fundir oro; así como lingotes y mucha joya inca lista para fundir.

Loja, 16 de agosto de 2012

lunes, 14 de mayo de 2012

POESÍA: Dolor de ausencia


A mi madre en el cielo

DOLOR DE AUSENCIA
                                                                       Eduardo Pucha S.

No quiero madre mía, verte triste
ni observar en tu rostro dibujado
el dolor de la ausencia que han dejado
los días y  los años que viviste.

 No quiero que tus noches se conviertan
en nostalgia, molestia, ni en instancia
de recuerdos, de flores sin fragancia
ni en lágrimas, que tus ojos viertan

Madre, quiero hoy a la distancia
confesar lo mucho que te extraño
con amor me educaste  sin regaño
en los días más bellos de mi infancia.

martes, 8 de mayo de 2012

CHUQUIRIBAMBA: Falleció César Guaya


FALLECIÓ AUTOR DEL PASACALLE “CHUQUIRIBAMBA”

El día de hoy 3 de mayo de 2012, a las 13h30, en la ciudad de Guayaquil, lugar de su residencia desde 1964, dejo de existir el distinguido músico lojano, Cesar  Monfilio Guaya Orozco.
Su reconocida tra­yectoria artística trascendió los límites nacionales y extranjeros como músico, compositor y arreglista.
Creó más de 100 composiciones populares de distinto ritmo, enriqueciendo de esta manera el pentagrama de la música ecuatoriana; así como también escribió las notas musicales de más de cien himnos, canciones y rondas  escola­res para diferentes escuelas, colegios e instituciones educati­vas de las provincias de Loja, El Oro y el Guayas.
Para su pueblo, en el año de 1955 con el conjunto del Chazo Jara, grabó el pasacalle Chuquiribamba, himno popular con el que se identifica este pueblo.
Entre algunas de sus composiciones musicales, figuran: Cumbia Centinela del Sur, Cumbia sobre el Mar, Cumbia del Caribe, La casita blanca, Las paisanitas, El cabañal, No me llores ni te lloro, La carcelera, El poncho, Senti­miento del Indio, Solo recuerdos, Recuerdos inolvidables.
Falleció a la edad de 80 años.   Nació en el caserío Chantaco (hoy parroquia), perteneciente a Chuquiribamba, el 4 de febrero de 1932.  
Chuquiribamba y Chantaco, están de luto al haber perdido a uno de sus más preclaros hijos, que con su arte recorrió algunos países del mundo, dejando en alto el nombre del Ecuador, Loja, y la tierra que lo vio nacer, Chuquiribamba, semillero de músicos y artistas.

CHUQUIRIBAMBA
(Pasacalle)
LETRA Y MÚSICA: Prof. César Guaya Orozco.
1956

Chuquiribamba es mi hermosa tierra
de los jardines siempre floridos
por eso todos de amor erguidos
te recordamos tierra querida.

De las colinas que te rodean
del alto cerro Santo Domingo
y el Santa Bárbara tan renombrado
forma tu adorno pueblito lindo.

Tienes mujeres embriagadoras
como el aroma de tus rosales
son el remedio de nuestros males
y en nuestra vida mayor consuelo.

Sus moradores, buenos y humildes
de corazones amplios y nobles
siempre contentos viven cantando
por nuestro pueblo Chuquiribamba.

jueves, 22 de marzo de 2012

CHUQUIRIBAMBA ¿QUÉ SABEMOS DE ESTE PUEBLO?


Texto tomado del libro: CHUQUIRIBAMBA, SEMILLERO DE MÚSICOS Y ARTISTAS Autor: Eduardo Pucha Sivisaca

Al noroeste de la ciudad de Loja, en las faldas del nudo de Sansigre y muy cerca del cerro Santa Bárbara, a una altura de 2.725 m. sobre el nivel del mar, se levanta el legendario y próspero pueblo de Chuquiribamba. Está unida por una carretera de tercer orden desde su cabecera provincial, a una distancia aproximada de 45 Km. Tiene una extensión de 198 Km2 y su temperatura promedio fluctúa entre los 12,5 oC.
Límites
Limita al norte con la parroquia de Gualel, siendo su línea limítrofe, la línea imaginaria que parte desde el este del cerro Aguarongo, hasta el cerro Ramos y por su cumbre hasta la loma Kerosene en que nace la quebrada Guaylo, por esta aguas abajo hasta la desembocadura en la quebrada de las Lajas, tomando por esta aguas abajo, hasta su desembocadura en el río Gualel.
Por el sur, con la parroquia Chantaco y cantón Catamayo, siendo la línea limítrofe desde el este, el nacimiento de la quebrada Sayo, hasta desembocar en el río Chantaco, siguiendo un pequeño trecho hasta la quebrada Taquil o Fátima, por esta aguas arriba hasta su nacimiento en las faldas del cerro Buradañi, por el cual se sigue una línea imaginaria hasta el nacimiento de la quebrada Huacaquín o Uritoguaser, hasta que desemboca en el río Gualel, donde empiezan los límites con la parroquia El Cisne.
Por el este, con la parroquia Santiago y Taquil cuya línea limítrofe empieza al norte en el cerro Aguarongo, continuando por la cordillera Santiago, el cerro Santa Bárbara, hasta el cerro Zopata, desde donde se toma una nueva línea imaginaria hasta encontrar el nacimiento de la quebrada del Oso, de donde se desvía al cerro Sayo y de éste al nacimiento de la quebrada del mismo nombre que desemboca en el río Chantaco, donde se inician los límites por el sur ya descritos.
Por el este, con la parroquia Gualel y El Cisne, partiendo de la desembocadura de la quebrada Las Lajas en el río Gualel y por éste aguas abajo hasta la desembocadura de la quebrada Huacaquín, donde terminan los límites por el sur.
Barrios
Los barrios que componen la parroquia de Chuquiribamba son: Tesalia, Guayllas Grande, Saracápac, Casachir, Huiñacápac Oriental, Huiñacápac Occidental, Zañi, El Carmelo, El Calvario, Pordel, San Vicente, Miraflores, Simón Bolívar, La Dolorosa, Chaquircuña, La Unión, San José, Reina del Cisne y Calucay.
Población[1]
En 1990, Chuquiribamba tenía 2.982 habitantes; y de acuerdo al censo realizado el 25 de noviembre del 2001, tiene 2.218.
¡QUÉ SABEMOS DE CHUQUIRIBAMBA!

"Los chuquis eran Paltas auténticos y rebeldes, guacamayos guerreros que habían defendido su tierra hasta lo imposible contra Incas y Españoles".
P. Oswaldo Celi

Escasa es la bibliografía referente a nuestra parroquia, pero de lo que hemos podido rescatar, en párrafos de textos de diferentes autores, encontramos las referencias del Padre Osvaldo Celi, en su libro "Cosas del Ayer Lojano", publicado en 1976, en su relato "Loja o Nada Carajo", nos describe la existencia del pueblo de Chuquiribamba, haciendo resistencia a los conquistadores españoles en el año de 1546-1547, es decir, antes de la fundación de Loja; luego en una crónica de los Padres Franciscanos, se narra el traslado de la Virgen del Cisne a la parroquia de Chuquiribamba en 1617; así como los datos consignados en la Monografía de la Diócesis de Loja publicada en 1966, señalan que esta parroquia se convierte en doctrina Franciscana de la Santa Provincia de Quito en 1694, es decir en esta fecha nace como parroquia eclesiástica; y en el libro Historia Social del Sur Ecuatoriano, página 291, del profesor Hernán Gallardo Moscoso[2], se precisa que cuando el Ecuador se separó de la Gran Colombia en 1831, Chuquiribamba se inscribe como parroquia civil, de acuerdo a las primeras Leyes de División Territorial.
El grupo étnico de los Chucum-bambas pertenecían a la gran nación de los Paltas antes de la conquista incásica; y, la fundación del pueblo de Chuquiribamba se la supone por esta época; prueba de ello son los estudios realizados por los arqueólogos Paúl Rivet a inicios del siglo anterior y la Dra. Matilde Temme (alemana), que en pocas líneas nos confirman la existencia de vestigios de culturas antiguas en esta zona.
La Dra Temme dice:
"Durante viajes en el norte de la provincia de Loja, y caminatas en la hoya de Loja en los años 1968-69 y ahora desde julio de 1975, averigüé terrazas parecidas y artificiales en los siguientes sectores: (...) Chuquiribamba (Pordel, Huallazhapa).
(...) En la historia documentada de la provincia de Loja está desconocida por completo la cultura de los Paltas, que poblaron esta región; igualmente no se sabe nada definitivo sobre la cultura en el tiempo Incásico, que se desarrolló sobre la cultura Palta. Así no se deja juzgar si las terrazas son de origen preincaico o incásico" [3]
Las terrazas a las que se refiere la Dra. Temme, eran sistemas utilizados para el cultivo y riego de sus tierras, a decir de la investigadora, esta gente tenía un conocimiento avanzado sobre el arte del riego.
Paúl Rivet, afirma que:
"Descubrió sepulcros consistentes en delgadas planchas de piedra con la tapa colocada casi ha flor de tierra, a manera de ataúdes pétreos, en Chuquiribamba, Santiago y San Lucas" [4]

Confirmamos esta aseveración, ya que muy cerca de las "terrazas" de Pordel, la señora Evangelina Medina cuenta que hace más de cincuenta años, cuando construían su casa, encontraron una tumba con un esqueleto humano sobre unas piedras planchas grandes y a su alrededor pedazos de objetos de barro cocido. Muy cerca de esta zona no es raro encontrar los denominados “vishos de gentil”.

CACIQUES DE CHUQUIRIBAMBA EN TIEMPO DE LA COLONIA

"El cacique fue un gobernante criollo en estas parcialidades. El cacicazgo era como las dinastías reales, así, hereditarias, de primogenitura, de privilegio y de castas especiales. Los españoles aprovecharon de estas autoridades para sus fines de lucro personal y para el siempre exhausto tesoro de su Majestad" [5]

Estos son los nombres de algunos caciques que se sucedieron hasta 1756, desconociéndose nombres de caciques posteriores. De lo que se tiene referencia es que hasta 1890 aproximadamente e inicios del siglo XX, aún se conservaba esta forma de gobierno indígena, y que ellos colaboraron decididamente en obras comunales y en la construcción de la antigua iglesia. Entre ellos se mencionan a Melchor Valle y Abel Medina.
Caciques:
1649 Cristobal Lanche; 1676 Gaspar Carguay, Miguel Lema y Francisco Navarro; 1682 Alonzo Lanche; 1705 Andrés Ogoño, Francisco Ogoño y Francisco Carguay; 1754 Tomás Carguay; y 1756 Juan Bautista Carguay. [6]

LITIGIO DE LAS TIERRAS DE CHANTACO
CON EL PRESBÍTERO LOPE DE LA TORRE

El cacique Cristóbal Lanche, en razón de que su comunidad no tiene tierras suficientes para el cultivo, en junio de 1649, en representación de los indígenas, pide al Gobernador y Justicia Mayor de Loja, Don Diego Castro, en venta y posesión de las tierras de Chantaco. Éste le encargó al presbítero don Lope de la Torre y Guzmán para que proceda a vender; más, curiosamente Lope de la Torre, se las adjudicó él mismo dichas tierras por el valor de cien pesos, perjudicándoles a los indígenas de Chuquiribamba.
Frente a esta usurpación ilegal y de mala fe, así como del continuo maltrato de que eran objeto todos los indígenas, Cristóbal Lanche se queja ante el Virrey Ecmo. Marqués de Mancera y se inicia un juicio que se convierte en un litigio que duró más de 50 años, a lo que posteriormente y a su turno les tocó proseguir a los caciques: Gaspar Carguay, Miguel Lema y Francisco Navarro, quienes así mismo dirigen sus reclamos a la Real Audiencia de Quito.
Dícese que Gaspar Carguay, para suplir los gastos que este juicio demandaba, empeñó donde el señor cura párroco de ese entonces, tres mulares de su propiedad por la cantidad de 100 pesos.
"Este Juicio se prolongó por largos años hasta que en el mes de febrero de 1705, el corregidor de Loja Don José de Saavedra Bustamante mandó citar al Bachiller Lope de Torres y Guzmán con la sentencia.
El 2 de octubre de 1705, el Capitán Don Manuel de Benavides, Alguacil Mayor de Loja, dio la posesión de las tierras de Chantaco a los indios de Chuquiribamba, representados por sus caciques Andrés Ogoño y Francisco Carguay, sin perjuicio de tercero, en nombre de su Majestad. Tal fue el fin de un juicio tan ruidoso que duró más de cincuenta años”[7].

De acuerdo al censo de los indios de Chuquiribamba que demandaban las tierras de Chantaco, en 1676 eran 411 hombres.

CACIQUE DE CHUQUIRIBAMBA DENUNCIA A FRAILE EN 1756

Los curas, no todos por cierto, en algunas ocasiones abusaron de los indígenas; y, este es el caso que se presenta en el año 1756, cuando Fray Francisco Vélez, en calidad de beneficiario de San Juan de Chuquiribamba, de la providencia de Ambocas", los extorsionaba, a los indígenas, exigiéndoles los tributos y contribuciones para la iglesia. Se dice que era capaz de cobrar hasta por las manchas que dejaban el humo de las ceras de la liturgia; así como los excesivos agravios en su dignidad, tomándose a cargo de todas las indígenas jóvenes, con el pretexto de que eran huérfanas, para educarlas en la doctrina cristiana, así como para prepararlas en la iniciación de la vida conyugal.
Esto molestó mucho a los nativos; entonces el cacique Juan Bautista Carguay en representación de su comunidad presentó su airado reclamo a la Real Audiencia de Quito. Una vez conocida la denuncia en las instancias superiores, el obispo Nieto Polo en vez de hacer justicia, se parcializa a Fray Francisco Vélez, y atendiendo al pedido hecho por éste, ordena la expulsión de Carguay de su cacicazgo.
Este litigio dura algún tiempo y pese a las influencias y maquinaciones que se realizan, la Real Audiencia de Quito ordenó "La restitución de todo lo cobrado indebidamente a todos lo indios y la devolución de todas las indiecitas huérfanas, bajo la pena de mil pesos" [8] ; así como la restitución del cacicazgo a Juan Bautista Carguay

LA MASACRE DEL SEIS DE ABRIL EN 1946

El Gobierno Nacional en 1940 decreta la Ley de la "Conscripción Vial", que consistía en una importante contribución ciudadana a través de los conscriptos viales en la construcción de las carreteras en la provincia.
La población de Chuquiribamba no era ajena a esta ley, como tampoco rehuía al cumplimiento de este deber cívico. Lo que no estuvieron de acuerdo es que las autoridades le hayan dado uso indebido a la misma y abusen de ellos. Dicen que les enviaban a trabajar en las carreteras más días de lo estipulado en la ley, corriendo con todos los gastos de alimentación; en tanto que los familiares y amigos de las autoridades no lo hacían.
Así mismo, llegaron al extremo de prohibirles a los habitantes de los barrios de la parroquia, caminar libremente por las calles de su pueblo pasado el medio día, y en caso de hacerlo eran encarcelados, maltratados y multados.
El abuso era tan exagerado, que el ciudadano que por desgracia era apresado, en la noche, luego de ser maltratado físicamente lo conducían a la quebrada de Cocheturo en donde le obligaban a bañarse en esas heladas aguas.
Esto molestó mucho a los pobladores de los barrios, y el día 6 de abril de 1946, la paciencia había colmado. Todo el pueblo con sus respectivos barrios, encabezados por el de Pordel, se enfrentan a las autoridades y a los carabineros, y estos les responden con bala a los manifestantes. El resultado: 32 heridos y 4 muertos. Fallecieron en la contienda: Raúl Sinche, Víctor Pucha, Manuel Reinoso y Julia Medina, héroes anónimos que ofrendaron sus vidas para eliminar la Conscripción Vial y el abuso de sus autoridades.
Los cabecillas posteriormente tuvieron que enfrentar juicios penales en la ciudad de Loja. Ellos fueron: los hermanos Agustín y Lauro Pucha Medina, los hermanos Polibio y Francisco Pucha Gutiérrez, Vicente Sivisaca, y otros.

SACERDOTES DE LA PARROQUIA SAN JUAN DE CHUQUIRIBAMBA

El 29 de junio de 1695 se hizo cargo de esta comarca, el primer doctrinero franciscano, Fr. José Valarezo, regentado por la provincia de Quito; el 16 de septiembre de 1775 llega el primer párroco, Dr. Juan de Torres Hinojosa, perteneciente al Obispado de Cuenca; y el 13 de septiembre de 1871 el párroco Fray José María Aguirre, perteneciente a la Diócesis de Loja. Así tenemos una lista grande de sacerdotes que se sucedieron, sumándose hasta ahora más de cien. Actualmente se encuentra al frente de la parroquia el P. Francisco Ochoa. Anterior a él estuvo el P.Guillermo Torres.

LOS CISNEÑOS SE NIEGAN A ENTREGAR
A LA VIRGEN PARA LA PEREGRINACIÓN A CHUQUIRIBAMBA

Refiriéndonos a la Santísima Virgen del Cisne, ella desde el tiempo de la colonia era conducida por los peregrinos, desde su Santuario hasta Chuquiribamba, el 20 de noviembre de cada año, para retornar el primero de diciembre.
La señora Dolores María Jaramillo de Aguilar, con lujo de detalles, hace una referencia que nos traslada a la década de los años veinte aproximadamente y en una reseña sobre la portentosa Imagen en una de sus partes dice:
"Y ya están los peregrinos a sus plantas: sudorosos, de labios secos por el sol caen a sus plantas. Y le dicen Dios te salve María".
El Dr. Luis Aguirre y el párroco del Cisne arreglan la Santa Imagen para que no haya ningún peligro en el camino escabroso. Ya le ponen el vestidito de viaje, luego el sombrerito. ¡Que linda está! como la envidian las estrellas... En la plaza hay centenares de Chuquiribambas y de Cisnes, unos para traerla, los otros para encaminarla. Canastos de chagrillo, pétalos en flor para poner a su paso. [9]

En 1933 por un mal entendido de los pobladores del Cisne, estos se niegan a entregarla a la portentosa Imagen para que los peregrinos la trasladen a Chuquiribamba como de costumbre, y la señora Dolores María Jaramillo, en otra parte de su relato refiriéndose a este acontecimiento manifiesta:
"El día 20 de noviembre de 1933 cientos de peregrinos madrugaban a la vecina parroquia del Cisne con un corazón lleno de devoción para lo que era su reina.
Arreglaban en el centro del pueblo. Se hacen los preparativos para la recepción, mejor que ningún año. (...) ¡Y que sorpresa! ... Un emisario enviado desde el Cisne, por los de Chuquiribamba anunciaba la noticia de que no venía la Reina, que los pobladores del Cisne las habían escondido, que las puertas del templo se encontraban con llave, y que en el atrio solo se veía piedra amontonada.
Ante tal situación los peregrinos suplicaban con lágrimas que fuera entregada la Santa Imagen sin conseguir respuesta favorable”[10].

MIDEROS PINTÓ EL CUADRO DE LA VIRGEN DEL CISNE
PARA CHUQUIRIBAMBA

Dada la situación conflictiva entre los pueblos del Cisne y Chuquiribamba al no permitírseles de que se realicen las peregrinaciones acostumbradas todos los años, el Dr. Florentino Muñoz, párroco de Chuquiribamba, ideó una solución salomónica al problema. Le solicitó a su sobrino el Dr. Gilberto Muñoz, quien trabajaba en Quito, para que le contrate al mejor pintor de ese entonces y le pinte un cuadro de la Virgen, pero que no sea una réplica de la escultura existente en el Cisne, "sino algo que de alguna manera la reemplazara, sin quitarle nada absolutamente de su atractivo". Y así fue, el Dr. Gilberto Muñoz, en compañía de don Nicolás Guaya y Segundo Cuenca acudieron donde el señor Víctor Mideros, uno de los mejores exponentes de las pintura ecuatoriana y lo contrató. El artista se comprometió a cobrar solamente el valor de los materiales: y después de algunos meses la obra estaba concluida. Cuando la transportaban desde Quito a Chuquiribamba, mucha gente acudió a recibirla en Saraguro, allí estuvieron Diego Remache, Segundo Remache, Reinaldo Cuenca, Venancio Loarte y otros. El cuadro mide dos metros de altura y costó setecientos veinte sucres. La bendición del referido cuadro se realizó el día 10 de agosto de 1935, y dícese que en la construcción de la iglesia anterior que en ese entonces estaba por terminarse, se escogió un lugar preferente para que sus hijos la veneren por siempre.

DONAN UN INCENSARIO Y UN PEDESTAL
PARA LA VIRGEN DEL CISNE, EN 1930

Como se puede apreciar, la devoción de nuestro pueblo hacia la Santísima Virgen del Cisne, data desde 1617. Han transcurrido más de tres siglos y esa fe viva continúa.
Merece puntualizar un acontecimiento muy importante realizado en la solemne ceremonia de la Coronación de la Portentosa Imagen en la ciudad de Loja, en el año 1930.
"En esta parroquia, perteneciente al cantón Loja, se formó un comité de hombres, constituido así: Presidente, el Sr. Doctor D. Luis Antonio Aguirre, cura párroco; Vicepresidente, el Señor Teniente Político; Secretario, el Señor Preceptor de la Escuela de niños; Tesorero, Sr. Modesto Valarezo; Vocales: Srs. Emilio Galarza, Emilio Jaramillo E., Reinaldo Sinche, José M. Pucha, Virgilio Cobus, Clementino Fernández y Nicolás Guaya.
El pueblo de Chuquiribamba mandó a trabajar con el notable orfebre Sr. Francisco San Martín un incensario de plata, según diseño del Rvdo. P. Lazarista Pedro Brüning, y lo obsequió a la Santísima Virgen del Cisne, para las fiestas de Coronación. Le obsequió así mismo un bellísimo pedestal de madera. Forman los extremos superiores del pedestal dos ángeles postrados de rodillas, arrobados y ofrendando claveles y azucenas a la Virgen; ocupan la parte inferior tres querubines que emergen de las nubes, a los pies de la Reina Celestial. Colocada allí la Sagrada Efigie, resulta de un efecto estético admirable. El artista cuencano que trabajó este pedestal es el Sr. David Filóromo Quizhpe" [11]

Estas ofrendas de devoción que las hizo el pueblo de Chuquiribamba, se realizó en la cuidad de Loja el día 5 de septiembre de 1930, y los preparativos y acontecimientos se dieron así:
"Preparados los habitantes de Chuquiribamba y de sus barrios y anexos, mediante ejercicios espirituales, dados desde los últimos días de agosto por nueve sacerdotes, salieron del pueblo, el 4 de septiembre, a las 10 a.m. en piadosa peregrinación dirigida por varios sacerdotes. El 5, a las 12m., llegaron al carretero Norte, cerca de la cuidad, dos mil quinientos peregrinos. A las doce y media comenzó el desfile. Rompía la marcha la banda – Obreros de Loja; Seguía una artística y moderna estatua de San Juan Bautista, Patrono de Chuquiribamba, bajo una frondosa palma. Continuaban los hombres en hileras de a seis, llevando palmas y dando vivas a la Virgen, a la Iglesia a la Patria y a Loja; después de ellos venía la escultura de un ángel; trayendo un artístico incensario de plata; muchos niños con sus braserillos de incienso cerraban el enorme grupo de hombres. Bandas indígenas de flautistas daban al desfile algún tinte eglógico, El desfile de mujeres comenzaba por la Congregación de Hijas de María y de la adoración Perpetua, con sus estandartes y cintas distintivas. En medio de ellas traían el hermoso pedestal de madera que obsequiaba el pueblo a la Santísima Virgen. Después de las congregaciones seguía un numerosísimo grupo de mujeres que llevaban ramos y flores; y cerraba el desfile la banda de músicos de Chuquiribamba.” [12]

VIALIDAD

Carretea Chuquiribamba – Catamayo
"La carretera Loja-Saraguro se empezó a construir en el año 1931 con el concurso exclusivo de peones y herramientas de mano, cosa admirable que demuestra el increíble esfuerzo que representó su construcción” [13]

En la década de los años treinta, Loja comienza la construcción de sus carreteras para unirse con las ciudades de la Sierra y la Costa. Se conoce que la carretera de Loja a Saraguro se la inició en 1931, a través de la contratación de personas y herramientas de mano.
Chuquiribamba, liderado por su cura párroco, el P. Manuel Ignacio Romero, en el mes de abril de 1939 forman el “Comité de Vialidad”, dirigidas por las señoras: Rosa E. Jaramillo de Galarza, en calidad de Presidenta; Natividad Reinoso de Bastidas, Vicepresidenta; Dolores Jaramillo E., Secretaria
El primer paso que dieron las integrantes de este comité, fue el dirigirse al Dr. Aurelio Mosquera Narváez, Presidente Constitucional de la República y al señor Ministro de Obras Públicas, para conseguir se realicen los estudios de la carretera Chuquiribamba – Catamayo. Se dice que movieron todo resorte político que estuvo a su alcance, hasta que lo consiguieron.
El día 7 de agosto de 1939, en gran algarabía, más de un millar de personas, desde las primeras horas de la mañana estaban presentes en la gran minga para dar inicio a la construcción de la carretera, que marca una nueva etapa en el destino de este pueblo. Luego de esta minga se realizaron muchas más, pero lamentablemente este sueño no se pudo cristalizar pronto. La construcción de esta carretera duró 18 años.
El primer carro que llega a Chuquiribamba utilizando esta vía es en el año de 1957.

Carretera Chuquiribamba – Loja

A partir de la década de los años 60, Chuquiribamba se une a la ciudad de Loja con una carretera que pasa por los sitios: Chantaco, Gonzabal, Taquil, Salapa, Motupe.
Como se trataba de una carretera angosta y de difícil acceso desde el sector de Cachipamba a Salapa y Motupe, el H. Consejo Provincial de Loja, a través de su titular el Dr. Salvador Valdivieso Burneo, rediseña la vía desde Loja a Taquil y construyen otra que entra desviando la carretera principal que une Loja con Catamayo, por el sitio La Aguangora, Cera y Taquil. Esta obra es concluida en el año de 1979.
Han pasado 28 años, y los pueblos del sector nororiental: Taquil, Chantaco, Chuquiribamba, Gualel y El Cisne, a través de sus autoridades y fuerzas vivas, han presionado a los organismos de desarrollo para que se realice el asfaltado de esta vía hasta la parroquia El Cisne. Hay una ligera esperanza, quizá se materialice algún día. Diario La Hora, en la página A2 del 11 de julio de 2007, trae la siguiente nota de prensa: “Inician trabajos en vía Villonaco – Cera. (…) El Municipio de Loja asignó 150 mil dólares para el asfaltado de la vía, con los cuales la institución ha iniciado los primeros trabajos, afirmó Jorge Benavides, jefe municipal de Obras Públicas. Añade que se aspira que el Consejo Provincial, Ministerio de Obras Públicas y la Subcomisión Ecuatoriana PREDESUR, se pronuncien sobre el proyecto, ya que estos organismos se comprometieron a través de la firma de un convenio de cooperación interinstitucional a apoyar la obra. (…) El municipio de Loja ha designado a Jorge Guerrero, para que sea el responsable de coordinar acciones con las instituciones participantes; en caso de no existir respuesta positiva por parte de las entidades involucradas, la municipalidad ejecutará los trabajos hasta donde alcancen los recursos existentes en el presupuesto, destacó Luis Sarmiento, director municipal de Gestión Territorial”.

Diario “Centinela”, en el EDITORIAL del día domingo 15 de abril de 2012, dice lo siguiente:
“FIESTAS SIN VÍA”

Las parroquias del cantón Loja, Chuquiribamba y el Cisne, iniciaron las actividades para festejar su aniversario de vida política, las autoridades hacen todos los esfuerzos para que el mayor número de turistas asistan a la programación y así reactivar la economía local.
Sin embargo se topan con un gran problema que frena toda posibilidad de conseguir sus objetivos: la vialidad, situación que empeora con la presente temporada invernal que ha desnudado los graves inconvenientes viales de la provincia de Loja.
La vía que une a las parroquias noroccidentales: Taquil, Chantaco, Chuquiribamba, Gualel, El Cisne, se encuentra en pésimo estado, no ahora, esto ha sido siempre.
Las gestiones de los presidentes de las juntas parroquiales hasta el momento no han dado resultado positivo; a eso se suman las falsas promesas de las autoridades que cada vez que visitan estas zonas productivas ofrecen concretar el asfaltado, pero nada.
Incluso, hace algunos años, se llegó a firma un convenio interinstitucional para asfaltar el tramo hasta el barrio Cera, sin embargo no siquiera el papel, resistió la falsedad de la palabra.
La que más sufre las consecuencias es la parroquia Chuquiribamba, porque en el caso de El Cisne tiene la vía principal de acceso, por San Pedro de la Bendita (Catamayo) recientemente asfaltada.
El potencial turístico de Chuquiribamba mejorará con la pronta declaratoria de patrimonio cultural del Ecuador, pero sin el principal medio de comunicación no servirá de nada.
Esperamos que los estudios contratados por el Gobierno Provincial de Loja no se queden solo en el papel”.
Carretera Chuquiribamba – Gualel

El H. Consejo Provincial de Loja, en la prefectura del Dr. José María Vivar Castro, inicia la construcción de la carretera Chuquiribamba Gualel, el 29 de agosto de 1989. Lamentablemente estos trabajos no se concluyeron de acuerdo a los cronogramas de trabajo planificados, y se abandonó por el lapso de 11 años.
En 1998, el Concejo Cantonal de Loja, presidido por el Dr. José Bolívar Castillo Vivanco, en su calidad de Alcalde, reinicia dichos trabajos, y en el mes de octubre de 1999 se concluye y se inaugura.
En una nota de prensa del día 13 de octubre de 1999, bajo el título “Chuquiribamba y Gualel se interconectan” dice: “El domingo 10 del mes y año en curso pasará a la historia de las parroquias y poblados del sector occidental de nuestro cantón, como Chuquiribamba, Zañe, San francisco y Gualel, porque por primera vez en su ya larga vida de existencia una gran cantidad de automotores recorrerían sus bellos y nostálgicos parajes”.

APORTE DE CHUQUIRIBAMBA AL DESARROLLO DE LOJA Y EL PAÍS
Chuquiribamba, como otros pueblos de la provincia ha estado siempre presente en las diferentes manifestaciones culturales, políticas y religiosas; así como en la administración pública de Loja y el país con talentosos hombres que han prestigiado el nombre de nuestra patria chica. Es una cantera de músicos, maestros y otras ramas profesionales y técnicas que se encuentran prestando sus valiosos servicios en la provincia de Loja, Zamora Chinchipe y otras.
Corriendo el riesgo de involuntariamente omitir algunos nombres, citaremos los siguientes: Dr. Orlando Ortega, Diputado Nacional alterno 1998 – 2003; Lic. Flavio Fernández, Director Provincial de Educación en Loja; Lic. Humberto Fernández, Director Provincial de Educación de Loja, luego Supervisor Nacional de Educación; Lic. Nelson Peñarreta Álvarez, rector del colegio “27 de Febrero” Director Nacional de Educación (1980) luego y Supervisor Nacional; Lic. Vicente Bastidas Reinoso, Decano de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de La Educación de La Universidad Nacional de Loja en 1974; Econ. Víctor Hugo Pucha Sivisaca, Decano de la Facultad de Economía de la Universidad Técnica Particular de Loja; Coronel Leovigildo Pauta Tene, asesor jurídico de las Fuerzas Armadas en Loja, El Oro y Quito; Prof. Julia Veintimilla, Jefa del Dpto. de Educación Permanente; Dr. Floresmilo Tene, Asesor Jurídico del Banco Nacional de Fomento en Quito; Ing. Norberto Pauta Tene, Jefe de Construcciones del Ministerio de Agricultura y Ganadería; Ing. Vicente Tene, Decano de la Facultad de Industrias Agropecuarias de la Universidad Técnica particular de Loja; Dr. Juan Abrahán Agüinsaca, Jefe de Planeamiento Académico de la Dirección de Planeamiento Integral Universitario de la UNL y rector del colegio “Manuel Cabrera Lozano”; Dr. Gonzalo Pucha Alasiche, Jefe de la Agencia de Servicios Agropecuarios en Chuquiribamba; Ing. Numan Cuenca Loarte, Director de INEFAN en el Carchi y actualmente profesor de la Universidad Estatal de Cuenca, entre otros.

Maestros en la década los años 30

En el campo de la docencia, desde las décadas de los años 30, 40, y 50, aún se recuerdan con afecto, los nombres de los profesores Leoncio Jaramillo Escudero, Pompilio Reinoso y Deifilio Sinche, maestros que vieron la luz en esta tierra y que hicieron historia, formando muchas generaciones de niños, que con el ejemplo de sus sabias enseñanzas han aportado a la cultura, el arte y el desarrollo del país.
Merece también recordar el nombre de José María Pucha Palazo que si bien es cierto no hizo labor docente en las aulas; pero fue un excelente clarinetista y un gran pedagogo musical en nuestra parroquia desde antes de 1891, enseñando el solfeo, la simbología musical y diferentes instrumentos de viento, a la juventud de Chuquiribamba, y de las parroquias vecinas como: Taquil, Santiago, Gualel, El Cisne, en donde preparó a los músicos que posteriormente integraban las bandas populares de sus pueblos; creó a su manera una nueva corriente pedagógica musical.

Maestros – comunicadores sociales

A más de desempeñarse como docentes en diferentes establecimientos educativos de la ciudad y la provincia, combinan su trabajo con la comunicación social, ya en la radio o en la prensa escrita de la ciudad de Loja, los siguientes: Lic. Fernando Jaramillo, Dr. Juan Ogoño Bautista, Lic. Manuel Yauri, Lic. Wilman Loarte, Dr. Bolívar Loarte, Lic. Ángel Augusto Caraguay, Lic. Herminio Guaya y otros.

Legión de religiosos desde 1920 hasta nuestros días

La religión que profesa nuestra parroquia es la católica y hasta la presente fecha no se han introducido otras sectas. La vocación religiosa especialmente en el sexo femenino ha hecho que muchas de ellas hayan ingresado a los conventos en las diferentes comunidades religiosas existentes en nuestro país desde 1920 aproximadamente; y muchas de ellas hayan ocupado altas dignidades en las mismas, así por ejemplo, en la actualidad se encuentran en calidad de Superiora de la Comunidad de las Dominicanas de la Inmaculada Concepción en Puebla (México), Sor Lidia Yolanda Caraguay Pinta; la Hna. Lidia Carmita Tene Agüinsaca, Superiora de la Comunidad de las Lauritas en La Paz (Bolivia), y la Hna. Rosa Esterfilia Jaura G. en la Comunidad de las Franciscanas, como maestra de las novicias, cargo de gran responsabilidad y alta relevancia.
Tratando ligeramente de inventariar la nómina de las hijas de Chuquiribamba que se han entregado a la vida religiosa, citaremos las siguientes:
De 1920 a 1950
María Rosario Pucha Izquierdo, María Alejandrina Pucha Izquierdo, María Laura Pucha Izquierdo, Lastenia Saca Villacís, Estela Magdalena Saca Villacís, Mafalda Michay, Carmen Sinche.
Posterior a 1950
Luzmila Caraguay, Verenice Saca Pucha, Deysy Saca Pucha, Floricelda Vanegas, Ana María del Cisne Banegas, Clemencia Díaz, Rosa Alegría Sivisapa Medina, Grimaneza Caraguay, Gonzalina Caraguay, Deysi Caraguay, Luzmila Valle, Piedad Sinche, Carmen Pucha Cuenca, Elsa Valdivieso Pauta, Carmita Díaz Guachizaca, Rosa Elina Loarte Valle, María Remache Vásquez, Rosa Morocho, Inés Yolanda Díaz Pucha, religiosa de la Comunidad de las hermanas Agustinas Recoletas, entre otras.
Sacerdotes
Luis Fidel Pauta Medina, Guillermo Tambo Villamagua, Artemio Sinche, Luis Remache Vázquez.


[1] Información tomada del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC)

[2] La Asamblea Constituyente de 1830, al pronunciar la autonomía de la nueva República, pone el nombre de Ecuador a nuestro país, nombre oficial que se conserva hasta nuestros días.
En 1831, separado el Estado de Quito de Colombia, se dicta una nueva Ley, en la que el Art. 8, dice: “La Provincia de Loja consta de los cantones de Loja, Paltas, Calvas, Zaruma y Jambelí”.
“1ro.- El cantón Loja se compone de las parroquias Matriz, El Valle, San Sebastián, Chuquiribamba, San Pedro, Santiago, Saraguro, Gonzanamá, Malacatos, Vilcabamba, Chito, Zumba y las tribus y terrenos comprendidos en el gobierno de Jaén, del antiguo Reino de Quito”.

[3] REVISTA MEDIODIA, Casa de la Cultura Ecuatoriana. Loja, Nro 30, Junio de 1976 , Pags. 111-112
[4] BARRIGA López Franklín, Etnología Ecuatoriana, Vol. 5, Saraguros, Pág. 18
[5] GALLARDO Moscoso Hernán, Historia del Sur Ecuatoriano. 1991. Pág.177

[6] Obr. Cit. Pags. 178, 179, 182, 183.
[7] ANDA Aguirre Alfonso, Indios y negros bajo el dominio español en Loja, 1993 Pag. 81

[8] GALLARDO Moscoso Hernán, Historia del Sur ecuatoriano, 1991 Pag. 187
[9] SUPLEMENTO de "Crónica de la Tarde", 20 de agosto de 1995. Pag. 4C

[10] Ob. Cit. Pag. 5C

[11] RODRIGUEZ Máximo Agustín, La Coronación Canónica de la Santísima Virgen del Cisne, 1934. Pág. 140.
[12] RODRIGUEZ Máximo Agustín, La Coronación Canónica de la Santísima Virgen del Cisne, 1934. Pág. 171.

[13] F.A.V. Revista de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, UNL. Volúmen 4. Julio-Diciembre. Nro. 2. 1972.Pág. 24.