Tradición de la parroquia Urdaneta
Una de las
tradiciones que aún se mantiene en la parroquia Urdaneta (Paquishapa)
perteneciente al cantón Saraguro, en la provincia de Loja, es la colecta de la
limosna para El sagrado corazón de Jesús
en la fiesta religiosa del 30 de junio.
¡Es
una forma sui géneris! Para ello, en el
parque de la parroquia simulan una guerra entre las tropas de los barrios
Quillín y Cañaro. ¡Dramatizan la conquista española!, unos se disfrazan de
militares y otros de jíbaros. Después del
combate, a todos los prisioneros de guerra los trasladan a un calabozo que lo
adecúan en la casa parroquial. Allí los mantienen encerrados hasta que paguen
una multa que luego se convierte en la limosna para El sagrado corazón de
Jesús.
Heriberto Ramón
Salinas, ex militar, octogenario del barrio Piñán, dice: es una tradición que data
más de cien años. Desde niño recuerdo
que mis padres me vestían de soldado para que integre la tropa que va a pelear
con los jíbaros.
Quienes
se ingeniaron esta particular idea de recaudar limosna, no sabemos; pero si los
recuerdo al finado Marcial Silva y Amadeo Martínez que lo hacían.
El
escenificar esta batalla es un acto de fe y devoción que realizamos exclusivamente
los habitantes de los barrios: Quillin, Piñán y Cañaro. Para presentarnos, con
mucha anticipación preparamos la escenografía.
En esta ocasión, con mis ochenta y dos años de edad, lo represento al
oficial Ernesto Armijos, quien fue un destacado militar de esta parroquia.
Aproximadamente a
las diez de la mañana por las esquinas opuestas de la plaza llegan la tropa de
soldados y jíbaros y con gran algarabía y ruido de torpedos simulan los
disparos de armas de fuego, pelea cuerpo a cuerpo y huida de los derrotados. Los vencedores logran aprehender a
prisioneros de guerra y son puestos en libertad cuando hayan pagado la limosna
para El sagrado corazón de Jesús. Por lo
general entre los prisioneros están: guerreros, ciudadanos y turistas que se
han negado a colaborar.
Al
final de la jornada contabilizan lo recaudado y le entregan al párroco, que
según afirman los devotos logran hasta más de quinientos dólares.
La
señora María Alegría Sozoranga, septuagenaria del barrio Cañaro, comunidad
auténticamente indígena, dice: los priostes, devotos y mayordomos, son del
pueblo, ellos hacen la fiesta para recoger la “limosna para el Sagradito”.
En este año (2018), el prioste mayor es don Yasmani Armijos y el párroco
del lugar, el padre Oswaldo González.
Loja, 12 de junio de 2019
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