El Cápac Ñan o Camino del Inca es la red vial más grande de la época que utilizó el imperio incaico para comunicarse con todo el Tahuantinsuyo.
Se calcula que este entramado tenía una extensión cercana a los 30.000 kilómetros articulando todo el imperio desde Quito hasta Santiago de Chile a través de dos troncales y caminos secundarios que unían de norte a sur, de oriente a occidente con el centro imperial, con lo que posibilitaba el control político y económico del Rey desde El Cusco.
En nuestro país aún hay vestigios del camino que testimonian su existencia, desde Achupallas en la provincia de Chimborazo hasta San Lucas en la provincia de Loja y luego pasa por Espíndola al Perú. Se dice que una fracción bastante conservada se encuentra en la provincia del Cañar.
Don Arcesio Torres, oriundo de Espíndola e investigador de la historia de su pueblo, ha dedicado mucho tiempo en indagar aspectos interesantes y curiosos, recorriendo buena parte del cantón.
Al referirse al Camino del Inca, dice: en nuestro cantón, el camino todavía existe y en algunos lugares está aún intacto, viene desde Aipate y une con El Toldo en el Perú; de ahí se derivan dos ramales, el uno que va por Pircas, pasa a Tucas, San José, Llamacanche, Las Limas y llega a la Plaza del Inca en San Antonio de Las Aradas en el cantón Quilanga. El otro ramal sale de El Toldo, y pasa el barrio Espíndola en el Perú; de ahí cruza por el cementerio de Jimbura, llega a Machay, Sanambay, Amaluza, Cangochara, Tundurama, El Airo, y llega a la misma Plaza del Inca en San Antonio de las Aradas. Desde este punto se dividen nuevamente dos ramales para dirigirse el uno a la Costa y el otro a la Sierra; el que va a la Costa pasa por Gonzanamá y cae al río Catamayo; y, el otro pasa por Quinara, Cararango a Loja.
Hasta hace poco, antes de que se construyan las carreteras estos caminos fueron utilizados por la gente de aquí. El comercio en este lugar fronterizo más se realizaba con Ayabaca, Perú, que con Cariamanga en nuestro país. La gente arreaba piaras de mulas cada semana llevando y trayendo mercadería para abastecer nuestros almacenes y mercado. Con el pasar del tiempo las torrenciales lluvias destruyeron los caminos y entonces en tiempo de verano los pobladores de lado y lado de la frontera, mediante las llamadas “mingas de caba” arreglaban sacando las piedras de los muros laterales para reutilizarlos en el mismo; lastimosamente con esta actividad lo destruyeron al original Cápac Ñan.
edup/ 2016.01.31
No hay comentarios:
Publicar un comentario