viernes, 19 de agosto de 2011

CUENCA: La fiesta de Zhizho

LA FIESTA DE ZHIZHO

Por: Eduardo Pucha S.


Eran las 11 de la noche del 30 de julio de 2011, cuando en la iluminada plaza del barrio Zhizho perteneciente a la parroquia Victoria del Portete, llegaron desde la ciudad de Cuenca los integrantes de la Banda de músicos “San Miguel Arcángel” y ubicándose en los bajos del corredor de una casa adjunta a la iglesia, comenzaron a afinar los instrumentos.
Indistintamente, pun, pun, pun sonaba el bombo, chin, chin chin, los platillos, tata tatá, tata tatá, el redoblante, en tanto que otros soplaban bocanadas de aguardiente de punta en los clarinetes y saxofones para aflojar un poco los sonidos resecos por el viaje, y de inmediato entonar melodías alegres para la quema de la chamiza, los castillos y el baile de la vaca loca con el Indio Lorenzo y la Mama Juana; todo esto en honor a la Fiesta de la Virgen del Perpetuo Socorro.
A un costado, en un espacio grande desafían imponentes dos hermosos castillos que superan los 15 metros de altura, en otra esquina montones de ramas secas de hojas de eucalipto listas para encender fuego y contrarrestar el frío cortante de la noche.
Víctor Sivisapa, morador del lugar dice: la misa fue a las ocho de la noche, aquí estuvieron presentes las pendoneras, floreras y platilleras; después participó la juventud con coreografías y bailes folclóricos
Luego de pocos minutos comenzará la quema de los castillos –dice-. Como ve usted ya están encendiendo la chamiza, ramas de eucalipto que fuimos a traerlas esta mañana con don Antonio Wiñansaca, Israel Campoverde, Juan y Enrique Pinos, Lizardo Toapante y más.
La fiesta se la hace con la colaboración de algunos priostes. En este año le correspondió a don Alexander Chapa con Iván Maxi, quienes residen en Estados Unidos; ellos coordinan con los de de aquí tanto para las programaciones religiosas, así como para las sociales, culturales y deportivas. ¡Mire, los castillos, la mayor atracción de la noche, fueron donados por los hermanos Fabián y Walter Chapa, que también viven en el exterior.
Grandes lenguas de fuego se elevaron por la quema de la chamiza, matizada con el recorrido saltarín de dos vacas locas alrededor de los castillos; el baile del indio Lorenzo con la Mama Juana que matan de risa a los presentes.
Conforme avanza la noche llega el momento más esperado: la quema de los castillos. Bullicio y colorido; con olor a humo y pólvora se activan los cohetes y camaretas y uno a uno de los castillos van iluminando el firmamento, convirtiéndose en un verdadero derroche de melodías, truenos y luces.
Termina esta programación, se inicia el baile en la plaza.